“La última firma” homenaje a la maestra María Elena Bribiesca

POR: THELMA MORALES GARCÍA

Cuando era estudiante en la Facultad de Ciencias Políticas; tuve maestros magníficos; una de ellas la doctora Georgina Flores García, apasionada de la historia, me pidió le apoyara en el trabajo de revisión de documentos del Archivo de Notarías de Toluca que realizaba junto con su maestra de historia; yo cursaba entonces el tercer semestre de la carrera y mi maestra impartía Sociedad y Estado en México. Era finales de 1992, cuando entré por vez primera al Archivo de Notarías, ubicado entonces en el edificio del actual Andador Constitución, entre la avenida Hidalgo y la calle Independencia, actualmente este edificio histórico lo ocupa una sucursal bancaria.

Al recordar esos días, reflexioné sobre lo que significó para mí encontrarme en este lugar que custodiaba los archivos notariales de la ciudad. Esta investigación marcó mi vida profesional, pues ahí pude estar en contacto con documentos que no entendía, pero que estaban llenos de información histórica y sobre todo la letra de los escribanos (que gracias a los archivos parroquiales, notariales y oficiales), podemos admirar las hermosas letras escritas a mano que eran en aquellas épocas todo un arte.

Precisamente estos documentos eran paleografiados por la doctora María Elena Bribiesca, a quien conocí revisando y seleccionando algún testamento de la época, para que fuera colocado en una vitrina de exhibición, para quienes visitaran este archivo, conocieran la riqueza que guardan estos documentos. Me impresionó el cúmulo de información que manejaba y su capacidad para traducir lo que contenían estos documentos.

Gracias a ella, por primera vez en mi vida, pude tener entre mis manos un documento del siglo XVI, era un testamento y recuerdo que le pregunté sobre las palabras que ahí se decían y que yo no comprendía; ella me contestó, eso es la paleografía, transcribir y traducir estos documentos es una carrera muy difícil, pues hay que invertir muchos años para aprender a leer estos textos antiguos y de escrituras diversas.

El pasado 26 de mayo de 2023, en la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México, se le realizó un homenaje a la doctora María Elena Bribiesca por 55 años de catedrática, en palabras de la directora de la Facultad, mencionó que la trayectoria de esta gran investigadora está marcada por la tenacidad; y ella misma citó a la maestra Bribiesca: “Quiero, pero ya no puedo” y es que sin duda alguna, las generaciones que formó durante estas más de cinco décadas la mantuvieron muy activa. La última firma en la hoja de control diario como catedrática la realizó a las 11:40 de la mañana.

Su primera cátedra la impartió en 1968; en este homenaje hablaron su alumna de la primera generación, la doctora Teresa Jarquín, investigadora del Colegio Mexiquense A.C. y su alumno de la última generación de 2023: José Maximiliano Peña Flores. Otro de sus alumnos destacados, es monseñor Guillermo Fernández, a quien tanto admiro y en su intervención citó al Papa Francisco “Los abuelos son los creadores y custodios de la historia.”

Al hablar la Doctora Bribiesca, hizo un recuento de su vida dedicada a la investigación histórica, mencionando que llegó al Archivo General de la Nación en 1952 y donde inició su carrera por aprender paleografía, comentando que fue revisando los trazos más sencillos a los más complicados y de alguna forma ese fue su método para posteriormente enseñarle a sus alumnos. También mencionó a personajes como Edmundo O’ Gorman, Ernesto de la Peña y Luis González y González, de quienes abrevó experiencias en la labor del historiador “Yo no he caminado sola”.

Mencionó cómo su jefa la propuso para que impartiera cátedra en la Universidad Autónoma del Estado de México y las personas que la apoyaron en sus investigaciones como el Notario número 1 Silviano García y posteriormente el Lic. René Santín, quien también estuvo presente en dicho homenaje. Habló de las primeras tesis que se hicieron de documentos revisados en dicha notaría y mencionó a tres de sus alumnas: Pilar Iracheta, Georgina Flores e Hilda Lagunas.

Sin duda un gran homenaje para quien ha dedicado su vida a la investigación, agradezco la fortuna de haber estado presente en su trayectoria profesional, aunque en un periodo muy corto, pero que me dejó grandes enseñanzas que hasta el día de hoy me acompañan. Pues como ella misma lo dice, estos documentos son un “Tesoro de voces que no se escuchan”, pero que nos hablan de otro tiempo.

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