Por: Susana Dumit Garciarreal
Por experiencia propia me atrevo a afirmar que cuando estás creando una vida dentro de ti despierta una intuición difícil de ignorar, es un estado de alerta al peligro, de comunicación interna con tu bebé, es una sensibilidad compleja de explicar, pero es hermosa.
Ese don de la intuición sigue en mí desde que nació mi primer hijo, tenemos una comunicación maravillosa como si la conexión del cordón umbilical y energética siguiera intacta, por supuesto por las necesidades que nos tocaron aprendí a observar cada movimiento, mirada, respiración, sonrisa, expresión, ruidos, gritos o hasta el mismo silencio.
Doy gracias por tener dos ángeles terrenales que cuidan a mis hijos, especialmente a Mayi, lo conocen perfectamente, son mis ojos cuando no estoy; lo cual me ha dado la libertad de salir de mi zona de confort y comenzar proyectos, de poder tener tiempo para mí. Y es algo que valoro mucho, realmente soy privilegiada por todo esto.
Admiro a las mamás que tienen que ser cuidadoras, enfermeras, maestras, profesionistas y además no se victimizan, siguen luchando todos los días con actitud y con amor.
Hoy por hoy veo la vida diferente, sé que la conexión con mi hijo será eterna, aunque ya no estemos él o yo en este plano; hoy sé que tengo que seguir en terapia para aprender a reeducarme emocionalmente, en mis hábitos, en pensamientos y salir adelante como mi hijo lo hace todos los días.
Al ver y escuchar experiencias de otras personas he aprendido, me he visto reflejada, pero mi hijo y mi pareja actual me han enseñado el valor de la fuerza de voluntad y la constancia, porque hasta para seguir tu intuición se requiere de constancia, nada caerá del cielo ni el universo te dará lo que pides si no te mueves.
“Recuerda que algunas veces los milagros, son personas”
Si deseas compartirme tus experiencias o tienes alguna pregunta escríbeme al correo susanadg@aperturaintelectual.com y con gusto te responderé.
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