Por: Susana Dumit Garciarreal
Últimamente me siento sumergida en pensamientos negativos llenos de cansancio mental, emocional y físico, donde me cuesta mucho trabajo hablar con mi Ser Superior y sentir su presencia, pero algo cambió ayer por la noche en mi mente, entre las tantas veces que me paré a ver a mi hijo a su cuarto, porque llevamos meses sin poder dormir bien, mete unos gritos como si la cama lo estuviera mordiendo, a veces siento que solo es que alguien se quede con él, otras veces pudiera ser calor, otras cambio de postura y muchas otras por cuestiones neurológicas; entre ese despertar y dormir nuevamente soñé que mi hijo Mayi claramente me decía: Gratitud mamá, lucha por seguir sanando.
Me siento muy sensible, las lágrimas simplemente corren, como si tuviera una fuga en los ojos, pero me siento bendecida por ese hermoso mensaje en estos momentos de mi vida.
Mi hijo a pesar de solo tener 12 años de edad se ha convertido en la persona más sabia, terapéutica y llena de amor en mi vida, tampoco pretendo cargarle responsabilidades que no le corresponden, pero eso irradia con su mirada, con su voluntad diaria, con su fortaleza interna y su hermosa sonrisa de dientes enormes (como los míos jajaja).
Definitivamente mi hijo y yo hemos creado un lenguaje único y quiero seguir fortaleciéndolo porque estoy segura que si llego a faltar o a faltar él, seguiremos con esa unión en comunicación.
“Recuerda que algunas veces los milagros, son personas”
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