La literatura fantástica

POR: THELMA MORALES GARCÍA

Desde que somos niños nos ha fascinado todo aquello que tenga que ver con lo fantástico, historias de terror, leyendas y mitos contados por nuestros abuelos. Quién no recuerda en su infancia, estando sentados alrededor de la mesa contando historias espeluznantes y llenas de misterio que nos atrapaban y envolvían con cierto temor, pero sin querer dejar de escucharlas.

Los cuentos fantásticos contemporáneos pueblan la imaginación de los lectores y son vastamente estudiados y antologados, no pueden faltar personajes de la literatura que han escrito historias fantásticas como: Jorge Luis Borges, Juan Rulfo, Juan José Arreola, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, y José Emilio Pacheco. Que son lo más cercano a nosotros por la lengua española, sin embargo existen clásicos de la literatura fantástica en diversas lenguas como la inglesa, tal es el caso escritor de Abraham «Bram» Stoker, conocido por su novela «Drácula», publicada en 1897, y un exponente de la llamada Literatura Gótica.

¿Por qué nos atrae lo fantástico? Regularmente en la infancia concebimos nuestras propias historias imaginarias, algunas de ellas pueden ser inverosímiles, pero de acuerdo a las teorías sobre lo fantástico, este subgénero no es el único que puede predominar. El mundo en el que se desarrollan los acontecimientos insólitos deben ser presentados como si fueran reales y cotidianos, según Tzvetan Todorov “no toda ficción ni todo sentido literal están ligados a lo fantástico; pero todo lo fantástico está ligado a la ficción y al sentido literal”, y aunque es muy común que el miedo esté presente en la literatura fantástica, no es una condición necesaria.

Pero es importante considerar y que es fundamental para que se produzca los fantástico, es la existencia de acontecimientos a-normales que contradigan nuestra percepción de lo natural y sobrenatural, que incluso escapan a nuestra propia lógica. Cuando pienso en la literatura fantástica vienen a mis recuerdos novelas como “El retrato de Dorian Gray” publicado en 1891 o “El fantasma de Canterville” de 1887 ambas obras de Óscar Wilde.

La literatura fantástica ha comenzado a tener un número más amplio de lectores en época reciente como “Harry Potter” de J.K. Rowling; “El señor de los anillos” de John R.R. Tolkien o “Las Crónicas de Narnia” de C.S. Lewis, en los cuales encontramos una manera de mostrar en todo su esplendor la literatura fantástica, pues no sólo encontramos personajes y lugares de fantasía, sino universos enteros en sus geografías, lenguas, razas e historias propias.

También sería importante reflexionar sobre nuestros propios personajes fantásticos en las leyendas y relatos de los antiguos mexicanos, pues hace varios años encontré un libro titulado “Bestiario mexicano” de editorial Panorama donde aparece la leyenda de Quetzalcóatl “La serpiente emplumada”; Xipe Totec (Nuestro Señor Desollado); Los demonios; La llorona; Mictlán (Lugar de los muertos); Huitzilopochtli, entre muchos otros; todos ellos fueron recopilados por Roldán Peniche en diversos códices y en crónicas de los españoles del siglo XVI; algunos de los personajes provocaron terror en los antiguos habitantes de México.

Seamos o no apasionados lectores de este género de la literatura, lo fantástico en mi opinión, siempre nos llevará a esos días de la infancia donde soñábamos y leíamos a Julio Verne, con viajes al centro de la tierra, o imaginar a los gnomos que habitaban el bosque. Tal vez entonces eran mundos fantásticos e inimaginables, pero de ello trata la fantasía, esa que envuelve nuestros más íntimos sueños de lo extraordinario, allí donde es posible toda invención, todo prodigio y toda magia.

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