Por: Susana Dumit Garciarreal
En estos días he estado pensando mucho sobre algunas actitudes y frases que me ha dicho mi hijo, hoy me di cuenta de que mucho tiene que ver con el cambio de rutina por el que estamos pasando y a la conclusión que llegué hoy es: poner límites.
Nosotros venimos de una crianza un poco autoritaria, y unas generaciones atrás era una disciplina muy autoritaria, desgraciadamente esto, una crianza permisiva donde se perdió esa jerarquía familiar, en muchas familias los niños ahora son los que mandan.
Si yo le pregunto a mi hijo todo, le doy la autoridad a él, pero hay situaciones que simplemente se hacen como equipo y como familia; una cosa es que ellos sean más libres emocionalmente y que te puedan decir lo que quieren, sientan y piensen, pero no podemos tenerle miedo al conflicto con nuestros hijos. Cuando les damos todo hay menos satisfacción en sus vidas, no está mal que tengan momentos de frustración.
Hoy Marthita (mi tanatóloga) me dijo: «si vas en la carretera de noche y no tienes las líneas pintadas ni las señalizaciones necesarias, vas a manejar con inseguridad y miedo porque no alcanzas a ver los límites y así mismo con la crianza de nuestros hijos.»
La creatividad tiene que ver con la calma, hasta con el aburrimiento, porque los hace observar más, su mente se encuentra en esa tranquilidad y ahí es cuando a todos nos surgen ideas. Es cierto que antes había otra calidad de comunicación, no estoy diciendo que los medios de tecnología que tenemos ahora sean malos, siempre y cuando estemos al pendiente y que se usen por ratos; pero si te pones a observar la dinámica familiar en un restaurante, unos están con el celular, otros con la tablet y se pierden esos momentos de compartir, yo sé que hay ratos en los que queremos comer tranquilos y no queda de otra más que darles el celular, pero me refiero a esa comunicación y estar presentes con los nuestros.
Lo ideal sería hacer una mezcla con la educación que nosotros recibimos y con la crianza actual para poder encontrar el equilibrio, hay cosas que no corresponde preguntarles, pero hay otras en las que podemos tomar en cuenta su opinión, guiándolos en ese vínculo de comunicación sana, donde también tengan la confianza de saber que van a ser escuchados.
Hay mucha más consciencia, pero como mamás es necesario regresar a escuchar nuestra intuición, recordemos que poner límites sanos también es un lenguaje del amor.
“Recuerda que algunas veces los milagros, son personas”
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