POR: LIGIA PÉREZ GARCÍA
Llega diciembre y junto con él, 2 fechas importantes: Navidad y Año Nuevo, festividades llenas de alegría, amor, unión, esperanza, fechas para reunirse y disfrutar con familia y amigos, se comparten hermosos momentos como poner el árbol de navidad, el nacimiento, villancicos, las posadas, intercambio de regalos, son las fiestas decembrinas que la mayoría tiene en la mente, pero recordemos que no es así para todos, hay quienes han perdido a un ser querido y están viviendo su proceso de duelo, para algunos la vida pierde el sentido, se vuelven tiempos difíciles, no lo ven desde la alegría, sino desde la nostalgia, el sufrimiento, el dolor, donde la vida les recuerda otra vez, que esa persona ya no está con ellos.
Habrá una silla vacía en la mesa que nos enfrentará a una realidad que nos duele, la pérdida se hace más consciente, regresan las preguntas tormentosas sin respuesta: ¿por qué a él?, ¿por qué a mí?, ¿por qué a mi familia?, nos duele la ausencia.
No se debe practicar una conspiración del silencio, estamos tan acostumbrados a ver a la muerte como un tabú, que algunas familias prefieren no hablar de su ser querido, creyendo que al hacerlo tal vez supriman el dolor, tratando de huir de los recuerdos, pensando que, si hablan de él, podrían ponerse triste los demás, pero la realidad es que, todos sienten la misma ausencia, extrañan a la misma persona. La sugerencia es que hablen del ser querido que ya no está, recuérdenlo, cuenten anécdotas, lo que hacían juntos, el amor y agradecimiento que le tienen y está más que permitido llorar y expresar lo que se está sintiendo, es una forma de hacerle un homenaje a su ser querido.
Otra cosa que ayuda a sobrellevar estas fechas es planificarlas con antelación, por que eso ayudará a que las personas se sientan bajo control y con eso disminuir la ansiedad, tal vez no serán fechas tan felices, habrá cosas buenas y malas, y se vivirán de forma diferente a como se han vivido. Funciona juntarse con anterioridad y platicar cuál es la expectativa de cada uno, es necesario que se hable con total franqueza y libertad, lo cual implica que, si alguno elige no ir, no participar o no hacer, es completamente válido, debemos respetar el proceso que vive cada uno de los miembros de la familia.
Es importante mencionar que no se sientan culpables o se recriminen si en esos momentos llegan a sentirse felices por pasar buenos momentos con la familia y amigos, no significa que no amemos o no extrañemos. Saboreemos esos pequeños grandes regalos que nos otorga la vida, donde también nos enseña que debemos valorar lo que aún tenemos.
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