Ni el arte se salva

06 DE FEBRERO DE 2024 Ni el arte se salva

POR: VÍCTOR MANUEL REYES FERRIZ

Hace un par de semanas, de hecho el pasado domingo 28 de enero, nuevamente se presentó un acto de reclamo, que en realidad debemos nombrarlo como es, vandalismo, ante una de las pinturas más icónicas de nuestra historia, “La Gioconda” de Leonardo Da Vinci que se exhibe en el museo de Louvre en París y en esta ocasión fueron dos activistas medioambientales (para no variar) pertenecientes al grupo “Riposte Alimentaire” (Respuesta Alimentaria) que se auto define como “la resistencia civil” y “última generación capaz de evitar el colapso social” intentando crear conciencia tanto entre las autoridades como la población en general sobre el cambio climático pero con un enfoque en seguridad alimentaria.

Para este grupo de personas unidas por el propósito de cambiar el curso del cambio climático asegurando la alimentación en todo el mundo, les resultó viable ingresar a las instalaciones del museo y derramar sopa en un cuadro que mide 77 x 53 centímetros; empero, está protegido por una lámina de policarbonato “Danpalon” que permite una gran transparencia y protegiendo la obra con bastante fuerza y resistencia, que además permite que los asistentes puedan tener una visión completa del cuadro sin reflejar luz; adicionalmente se cuenta con una pared de vidrio antibalas por lo que afortunadamente en esta ocasión la obra no resultó afectada.

La reconocida obra de Da Vinci ha estado expuesta en el recinto parisino desde 1797; sin embargo, su historia ha contado con diversos vaivenes que comenzaron el martes 22 de agosto de 1911 cuando el personal del Louvre se percató que había sido sustraída y lo peor de todo era que no existía ninguna pista para ser recobrada, sino que fue hasta dos años posteriores cuando realmente por azares del destino un mercante de arte hizo una llamada para citar al director de la Galería de los Uffizi y mostrarles el cuadro robado con la intención de venderlo; por supuesto se le llamó a la policía y el ladrón fue aprendido. El siguiente infortunio que recibió la Gioconda ya no trataba tan solo de un cuadro más de Leonardo sino que aquella desafortunada desaparición lo convirtió en el  más reconocido y visitado a nivel mundial, así que en 1956 un joven lanzó una piedra y reventó el vidrio que protegía la obra que al momento de separase desprendió la capa pictórica a la altura del codo izquierdo de la Mona Lisa y que de hecho son los daños más visibles que se pueden distinguir hasta el día de hoy; ese mismo año se contabiliza otra perturbación de la cual en realidad no se cuenta con gran información y se dice que un hombre roció el lienzo con pintura ácida y que dañó la parte inferior de la obra, pero reitero, esta información nunca ha podido ser confirmada. Para 1974 se presenta el tercero (cuarto sí se cuenta aquel relato del ácido) de los eventos que agreden la obra del genio italiano cuando una dama en silla de ruedas le arrojó pintura al cuadro en protesta al museo por la falta del acondicionamiento necesario para la accesibilidad a personas con capacidades restringidas. Ya en el siglo XXI y después de haberse construido la pared de 4 metros que protege la obra, una mujer que acababa de recibir la noticia de que le fue negada su nacionalidad francesa aventó una taza contra el cristal en 2009; para el 2022 otro evento se presentaría en las instalaciones del Louvre cuando un activista medioambiental disfrazado y utilizando una silla de ruedas para acercarse lo más posible al cuadro, sacó debajo de una frazada, un pastel y se levantó de la silla para embarrar aquel postre en el vidrio como protesta ecológica, algo similar a lo ocurrido este pasado 28 de enero de 2024 pero ahora con sopa.

Ahora bien, esta cantidad de ataques a una misma obra en un mismo recinto (la mayoría de las ocasiones) es totalmente entendible basándonos solamente por datos estadísticos, es decir, si la Mona Lisa es el cuadro más observado en el orbe y el museo de Louvre es quien recibe la mayor cantidad de asistentes año con año, se entiende que pueda ser víctima de este tipo de acciones y para darle sustento a esta aseveración solo basta revisar el informe AECOM Theme Index and Museum 2022, en el cual, nos señala claramente la cantidad de visitantes a cada recinto museístico en el mundo y por ejemplo en el caso del Louvre incrementó un 173% el número de asistentes respecto al año anterior, es decir 2021 para ubicarse nuevamente como el número uno en este tenor pero ahora con más de 7,7 millones de personas que disfrutaron de sus exhibiciones y el segundo sitio lo obtuvieron en conjunto los museos Vaticanos con poco más de 5 millones por lo que podemos visualizar rápidamente que 1 solo recinto supera a los 54 que conforman el complejo de museos ubicado en la Santa Sede que a pesar de haber conseguido un incremento del 215% respecto al año anterior no le alcanzó para igualar al gigante de París; mientras que el museo que presentó el mayor incremento respecto al 2021 fue el National Museum of Natural History (Museo Nacional de Historia Natural) ubicado en Washington D.C. que logró captar un 297% más de personas que visitaron sus instalaciones.

Por cuanto corresponde a otras obras de arte que han sufrido alteraciones, accidentes, ataques, vejaciones o cualquier tipo desperfecto que se ha presentado en los diferentes recintos museísticos en el mundo, encontramos que nadie se salva y es que en 1911 y 1975 la obra “De Nachtwacht” (La ronda de noche) del artista neerlandés Rembrandt, fue acuchillada por un cocinero y un profesor respectivamente pero además en 1990 fue rociada con ácido, misma situación que sucedió con otra de sus obras “Dánae” en el Museo Hermitage de San Petersburgo cuando el lituano Bronius Maiguis no solo vertió ácido sino acuchilló la obra en 1985; en el caso del pintor malagueño Pablo Ruiz Picasso, al menos podemos citar 3 obras como “Guernica”, “Mujer en sofá rojo” y “Masacre en Corea” donde en la primera mientras se exhibía en el MoMa, fue escrito con pintura roja la frase “Kill Lies All” en 1974, en 2012 la segunda obra mencionada sufrió un ataque con spray dorado y finalmente en octubre de 2022 en Melbourne dos ambientalistas marcaron las palmas de sus manos en la obra “Masacre en Corea”. Otras obras como “Venus del espejo” de Velázquez, “La libertad guiando al pueblo” de Eugène Delacroix, “La bahía” de Helen Frankenthaler, otro del mismo Da Vinci como ”La virgen y el niño con Santa Ana y San Juan Bautista” entre muchos otros, han sido alcanzados por este tipo de acciones vandálicas; sin embargo, en los últimos años este problema ha sido un distintivo de los activistas medioambientales.

¿Por qué las obras de arte se han convertido en el target “perfecto” de los reaccionarios pertenecientes a grupos ambientalistas?, la respuesta es muy fácil, obtienen reflectores, se convierten en noticia fácilmente y por ello atacan pinturas emblemáticas o extraordinariamente caras como es el caso de “Los Almiares” de Claude Monet que es la obra vendida de mayor valor de todos los realizados por el artista o el caso de “Los girasoles” de Vincent van Gogh, “La última cena” de Leonardo Da Vinci, “La joven de la perla” de Johannes Vermeer, al perpetrar actos vandálicos contra este tipo de obras piensan que estarán en boga y la gente cambiará sus hábitos, y tal vez en algún sentido romántico lo sea; empero, me parece bastante irónico que si lo que buscan organizaciones como “Just Stop Oil”, “Futuro vegetal”, “Ultima Generazione” y muchas otras es hacer entender a la sociedad en todo el mundo que debemos conservar la belleza de nuestra tierra, sea precisamente con ataques a una de las más bellas artes con lo que pretendan difundir su idea, que además, estos ataques desafortunadamente han llevado algunas investigaciones a resaltar que están financiadas por la organización Climate Emergency Fund.

Este tipo de actos orilló a que 92 directivos de museos emitieran un comunicado en noviembre del 2022 mediante el cual hacen un énfasis enérgico en la responsabilidad que deben tener estos grupos, en el daño probablemente permanente de las obras que atacan y sobre todo entender que los espacios museísticos son precisamente recintos del diálogo social. En este tenor quisiera hacer una pausa para que podamos hacer un ejercicio de memoria y recordar que es gracias a la cultura, las artes y toda expresión artística en sí, que se han generado los cambios realmente importantes en este planeta, por lo que resulta a mi parecer, la estupidez más grande el atacar la herramienta que históricamente te ha ayudado a llegar a entendimientos, a ser empáticos con las ideas de los demás, lograr acuerdos y que ambas o las múltiples partes que intervengan queden contentas por al menos, haber sido escuchadas y contempladas en las soluciones, pero me queda claro que la estupidez humana no tiene límites.

Finalmente, es sumamente importante que alcancemos una plena conciencia del daño que estamos generando día con día a nuestro planeta, el calentamiento global no es ninguna cortina de humo, la escasez de agua, los ciclones, huracanes y tifones cada día son más potentes y gracias a la devastación de la flora cada vez contamos con menos barreras naturales para detener este tipo de desastres naturales, el arrasar con la selva del amazonas es darnos un balazo en el pie porque es el pulmón más grande que tenemos y provocamos menos precipitaciones que orillan a grandes sequías, todo es cíclico, pero si queremos y buscamos que nuestros ideales por los que estamos dispuestos a ser encarcelados o incluso perder la vida, sean respetados, tenemos que actuar con congruencia y en consecuencia, con todo el respeto que se merezca la causa que se busque proteger.

DATO CULTURAL.

Un día como hoy en 337 en la Santa Sede, es nombrado como 35º papa Julio I, quien tuvo un papado durante un periodo corto de solo 15 años 2 meses y 352 días; en 1685, en Londres, Inglaterra, asciende al trono el rey Jacobo II de Inglaterra y VII de Escocia tras la muerte de su hermano Carlos II quien falleció en el Palacio de Whitehall sin dejar descendientes por lo que ocupó su lugar su hermano, Su coronación se realizó el 23 de abril de ese mismo año y su reinado estuvo en entre dicho en reiteradas ocasiones, incluso en julio de ese mismo año un hijo ilegítimo de Carlos II, llamado James Scott se autoproclamó rey y sería derrotado en batalla y ejecutado pocos días después; sin embargo Jacobo II fue depuesto en 1688 convirtiéndose en el último monarca católico del Reino Unido; en 1740 fallecía en Roma, Italia el jefe supremo de la iglesia católica Clemente XII cuyo nombre secular fue Lorenzo Corsini y fue el papa número 246.

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