POR: LIGIA PÉREZ GARCÍA
Llega febrero y con este mes la celebración del 14 de febrero, día del amor y la amistad, celebración que se disfruta con los amigos y con la pareja, donde la mayoría acostumbra a salir a festejar, cena, comida, flores, globos, dulces y chocolates o simplemente algún detalle para no perder la oportunidad de decirle a los otros, que te importan.
Hay quienes llegan a esta fecha, viviendo un duelo por la pérdida de su ser amado y me gustaría precisar que, aunque también podría ser esta pérdida por una separación o un divorcio y que también estos sucesos llevan aparejado un duelo, en esta ocasión me enfocaré a la muerte del ser amado, aunque si tienen puntos en común.
Cuando muere la pareja, sobretodo la “buena pareja”, se pierde a la persona con la que compartes tu vida, tú día a día, con quien construiste un proyecto de vida, en algunos casos tu esposo, tu amigo, tu compañero, tu cómplice, con quien hiciste el compromiso de vivir una vida.
Dos cosas son claras en esos momentos, el dolor por la pérdida y la preocupación por el futuro, ¿Qué voy a hacer? ¿Cómo voy a hacerlo sin él o ella?, inicia la angustia por la soledad, inquietud por el tema de la seguridad, el tema económico es importante, ya sea que solo uno trabaje o que ambos hayan participado en las finanzas de la casa, los gastos aumentarán.
Se presentan cambios en el estilo de vida, se pierden o modifican relaciones interpersonales, la familia de extensión muchas veces corta lazos, hay variación en los estados emocionales, se merma la salud física, algunos sufren de alteraciones en el sueño, mucha o poca hambre, dolores de cabeza, de estómago, etc.
La vida social cambia después de la pérdida de la pareja, algunos deciden aislarse y vivir en soledad este proceso, pero también es posible que puedan llegar a segregarlos y esto sucede porque los conocidos, familiares y/o amigos no saben como volver a interactuar con el individuo y para protegerse de su propia incomodidad, toman la desafortunada decisión de alejarse o no involucrarlos en los eventos. No hay de qué preocuparse, habrá personas que, sí quieran y puedan lidiar con el tema de la muerte de tu pareja y aunque es probable que en un principio no sea sencillo salir o asistir a algunas reuniones, cuando se sienta listo y haya tomado la decisión de ir, acuda, algunas recomendaciones para estas salidas pueden ser:
Asista en compañía de un familiar o un buen amigo, para que al llegar no sienta la angustia de entrar o sentirse solo.
Si le es posible, lleve su carro, por si en algún momento no se siente cómodo, pueda disculparse y retirarse, todos lo entenderán.
Tómese su tiempo, no hay prisa para ir o estar en algún lugar, lo más importante es que no se sienta obligado por cumplir.
Si es un evento donde se espera o se acostumbra que asista en pareja como en el caso de una boda, puede analizar si va con un primo, un hijo, un hermano o un amigo, también hay personas que se sienten bien yendo solos, cada uno es diferente, por eso es importante preguntarse cómo se sentirá mejor.
Haga nuevos grupos de amigos, esto hará que tenga nuevas opciones de personas y lugares donde salir, sobretodo cuando queremos evitar dar explicaciones o evitar temas que nos pueden doler o sentir incómodos.
Vendrá una etapa de adaptación y de aprendizaje, muchas parejas hoy en día comparten las tareas del hogar y las finanzas, así como uno paga la renta y saca la basura, el otro paga los servicios y tienden las camas, así que cuando uno de ellos fallece, el que se queda tiene que hacerlo todo y deberá aprender a realizar todas las tareas y sobretodo a organizarse para poder llevarlas a cabo.
De igual forma, la persona deberá acomodarse al nuevo estilo de vida, la familia y amigos se vuelven un gran apoyo en el proceso de duelo, evite aislarse, acepte ayuda y compañía, no es necesario que viva este proceso solo.
No resulta fácil encontrar este ajuste y equilibrio, cuesta mucho trabajo reacomodarnos, volver a reencontrarte y reconocerte, ya no como pareja sino como individuo. Con el pasar del tiempo será más sencillo que reconozcas el desarrollo de nuevas habilidades, algo que puede hacer el proceso más sencillo es el de aprender a organizarse y hacer planes, realizar una lista sobre actividades que puede y quiere realizar, los pendientes por hacer, desde hacer ejercicio, salir a caminar, ir al gimnasio, una clase de yoga o pilates, ir al banco, el súper, ir a un partido, leer un libro, visitar a un familiar o amigo, tomar un curso o diplomado, hacer arreglos a la casa, lista de gastos pendientes y estos a su vez dividirlos en urgentes, mensuales, y anuales.
Es difícil ver el duelo como una oportunidad pero, si aprendemos a adaptarnos a esa nueva realidad, a integrar la pérdida, reconstruirte y obtener un aprendizaje de eso que estás viviendo, sin duda estarás más en el lado del que aprende de su pérdida y no del que sobrevive.
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