Por: Susana Dumit Garciarreal
El camino de evolucionar son los pequeños cambios que hacemos día con día, no podemos responsabilizar a nadie de nuestras decisiones, por supuesto que tenemos heridas o traumas, pero son nuestros y ya fueron, entonces podemos transformar para sanar.
El mundo nos pide que seamos humanos con responsabilidad afectiva, recordemos que estamos criando a futuras generaciones. Son tiempos donde es necesario estar conscientes de cambiar nuestra conducta para cambiar los resultados, es decir todos tenemos la magia de mirarnos y responsabilizarnos de elegir lo que es nuestra vida, no la de los demás.
Quitémonos de dramas, porque son situaciones que nos esclavizan y no nos dejan avanzar. Quiero que mis hijos sepan lo que es el amor real, que puedan poner límites, que expresen lo que sienten, que tengan un lugar seguro, que puedan ser empáticos y brillen en la oscuridad.
Estoy viviendo una etapa de mi vida en la cual me siento más plena que nunca, disfruto mi soltería, a mis hijos, estoy tomando las riendas de mi crecimiento personal, elegí el amor.
Con todo esto quiero compartirles la reflexión de la semana: nuestros niños necesitan padres sanos aunque no estén juntos, porque ellos van a amar como nosotros los amamos.
“Recuerda que algunas veces los milagros, son personas”
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