Laura Méndez de Cuenca

POR: THELMA MORALES GARCÍA

Muy cerca del municipio de Amecameca, nacería en la Hacienda de Tamariz entonces municipio de Ayapango, Laura Méndez Lefort, quien vino al mundo el 18 de agosto de 1852, en ese lugar que parece tener magia, sus calles y casas son testigos del paso del tiempo; pasaría ahí sus primeros años de vida la pequeña Laura rodeada de naturaleza y de la vida campirana que se verá reflejado en algunos de sus textos y poesías de la futura escritora.

Al paso de los años la familia se trasladó al Tlalmanalco, pues el padre se hizo cargo del rancho del Perpetuo Socorro. Aunque fue muy poco lo que recordaría de su niñez Laura Méndez en su obra literaria: “Más allá de la plaza con sus árboles y su río, y el molino y fábrica que componían mi casa, no había, para completar el concepto que de Tlalmanalco me había formado, más que el cementerio, cuya memoria me hacía temblar, no porque fuera más pavoroso y triste que otros camposantos, sino por las narraciones que oía a las niñas de la escuela, en que siempre eran muertos protagonistas.”

En las biografías que se conocen, sólo se refiere a que tuvo un hijo con Manuel Acuña, quien viviría tan sólo tres meses, su muerte provocará un profundo dolor en Laura quien escribirá un poema dedicado a su hijo muerto en 1875. Se titula “Bañada en lágrimas”, en el cual expresa la tristeza de la autora: “En la noche sin fin en que vejeto/ mi existencia no tiene más objeto /que tu dulce recuerdo bendecir; /mi dicha en tu sepulcro se derrumba,/ mi hogar se ha convertido en una tumba, /¡qué puedo esperar ya del porvenir?” El escritor Agustín F. Cuenca había sido el íntimo y tal vez el más querido amigo de Manuel Acuña; con él Laura se casará, será un esposo cariñoso y comprensivo y buen poeta.

Estudié en el kindergarten “Laura Méndez de Cuenca” en el centro de la ciudad de Toluca, muy cerca de la casa en la que crecí, cuando niña sólo sabía que había sido profesora, pero años más tarde cuando me interesé por la poesía, descubrí que aunque es reconocida más por los aportes que en pedagogía realizó, su pasión por la literatura y la poesía quedaron de manifiesto en sus libros “El Espejo de Amarilis” (Novela de costumbres mexicanas), “Poesía rediviva” (poesía reunida), “Cuentos Cortos”, “Simplezas” (relatos costumbristas) considerado uno de los libros de cuentos más perfecto y que publica en 1910; entre muchas otras publicaciones periodísticas de la ciudad de México como las de El Siglo XIX, El Universal, El Imparcial, El Mundo, El Correo Español, El Pueblo, Arte y Letras, además de fundar la Revista Hispano-Americana en San Francisco California. Aunque la obra de Laura Méndez fue muy abundante en los géneros literarios como el cuento y la crónica; será su poesía la que más se destaque en las letras del siglo XIX.

Me sorprendió saber que Milada Bazan una de las investigadoras más importantes sobre la vida y obra de Laura Méndez de Cuenca, había descubierto a uno de sus descendientes casi por accidente, pues en una plática con don Mario Ramón Beteta —quien fuera gobernador de nuestra entidad— le comentó que era su sobrino nieto, pues su abuela materna (Rosa Méndez Lefort) era la hermana de Laura Méndez de Cuenca. Gracias a ello pudo obtener algunas fotografías inéditas de la poetisa, donde se encuentran sus dos hijos, los cuales murieron siendo aún jóvenes y por ello no tuvo descendencia directa.

Muere en la ciudad de México el primero de noviembre de 1928, a la edad de 75 años, sus restos fueron sepultados en el Panteón Francés de dicha ciudad, pero en 1974 al crearse en la ciudad de Toluca, la Rotonda de los Hombres Ilustres del Estado de México, sus restos fueron trasladados y ahí se encuentran hasta la fecha.

Espero sus comentarios en el correo lamyfriend@aperturaintelectual.com

Sigue Apertura Intelectual en todas nuestras redes:

Te invitamos a que califiques esta información.

ENTRADAS RELACIONADAS

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.