POR: THELMA MORALES GARCÍA
No podía dejar pasar una fecha para mí muy importante, porque marca el nacimiento de un amigo entrañable al que sigo recordando permanentemente; me refiero al poeta jalisciense Guillermo Fernández (1932-2012). El 2 de octubre “No se olvida” porque marca la fecha en que fueron asesinados estudiantes en la Plaza de Tlatelolco en la ciudad de México y también es el día en que nació mi amigo Guillermo y que en este 2024 hubiera cumplido 92 años.
Además de poeta era un magnífico traductor del italiano al español, prácticamente de eso vivía; de sus traducciones para la Universidad Nacional Autónoma de México. Era muy profesional, pues había momentos en los que buscaba por días hasta encontrar la palabra precisa que dijera exactamente el significado del autor italiano. Recuerdo que me llamó un día para preguntarme que otro sinónimo podía utilizarse para referirse a la servidumbre, le dije que ama de llaves o mucama y ninguno de estos dos términos le convenció; seguramente encontró la palabra, pero olvidé preguntarle cual había sido la de su elección.
Gracias a sus traducciones, el Instituto Mexiquense de Cultura tuvo una colección que él mismo creó y a la cual tituló “La canción de la tierra” y se publicaron obras poco conocidas o difíciles de conseguir como la recopilación que hizo de los poemas de San Juan de la Cruz; “El labrador y la muerte” de Johan von Saaz un texto clásico de la literatura alemana de la Edad Media; “II Novelino. Las cien novelas antiguas” la primera edición data del siglo XVI; “La amorosa iniciación” de Oscar W. Milosz poeta lituano; “Escritos literarios” de Leonardo Da Vinci; “Reflexiones literarias” de Giacomo Leopardi escritor italiano; “Piezas de carnaval” de Hans Sachs dramaturgo alemán; “Lighea. Un siglo de cuento italiano” que consta de dos tomos en donde aparecen autores italianos como Cesare Pavese, Giovanni Papini, Italo Calvino, Luigui Pirandello, entre otros; y “Todos los cuentos” de Italo Svevo que en realidad era el seudónimo del escritor Ettore Schmitz, nacido en Trieste en 1861 y donde aparece mi cuento favorito “El Anciano”.
También gracias a Guillermo Fernández conocí a Eros Alesi que nació en Ciampino (Lazio provincia de Roma) en 1951 y se suicidó en Roma en 1971; la obra a la que siempre hacía referencia a este autor era “Mamá Morfina”; a Pier Paolo Pasolini y su gran admiración por el cine italiano, de Anna Magnani, Silvana Mangano o Sophia Loren. A Guillermo de extraordinaria memoria le gustaba citar la poesía de San Juan de la Cruz, Luis Cernuda, Carlos Pellicer y muchos más.
Muchos años vivió en la ciudad de México en el edificio conocido como “La casa de las Brujas” ubicado en la Plaza Río de Janeiro de la colonia Roma, donde disfrutaba de ver diariamente la réplica de la escultura del David de Miguel Ángel; pero derivado del temblor de 1985, fincó su residencia en la ciudad de Toluca.
Lo que más le gustaba de nuestra ciudad era el Nevado de Toluca, al que iba con frecuencia a respirar aire puro y siempre me decía que lo podía ver desde su casa, aunque para ir hacia él invertía un largo trayecto en auto.
En 2017, se publico “Éste”, libro de sus memorias por el Fondo de Cultura Económica con un prólogo de Jorge Esquinca, alumno y gran admirador de su obra quien lo revela con estas líneas: “Traductor impecable, siempre fiel, nunca servil; apasionado y lúcido hasta el extremo de consagrarse en cuerpo y alma –a expensas de su propia poesía– para llevar a cabo una labor formidable que le valió el reconocimiento y la admiración de propios y extraños.”
Su tumba se ubica en el pueblo de San Felipe Tlalmimiloapan (panteón municipal) en la ciudad de Toluca, desde donde se puede ver el Nevado como una coincidencia de que sus restos reposen en este lugar. Su asesinato aún impune después de doce años, nos sigue indignando a quienes lo queremos tanto.
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Gente muy valiosa Thelma, muy triste su muerte pero más triste la impunidad con que se manejan las autoridades y ver que en tantos años no se ha hecho nada. QEPD Guillermo Fernández 🙏
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