Potente mensaje de la película “Hereje”

14 DE ENERO DE 2025 Potente mensaje de la película “Hereje”

POR: VÍCTOR MANUEL REYES FERRIZ

Hace unos días tuve la oportunidad de disfrutar de una película que tuvo exposición en la pantalla grande el pasado mes de noviembre y que, me parece que, no tuvo una difusión tan amplia probablemente por el tema que aborda sobre todo en una fecha cercana a las festividades decembrinas; empero, considero que es uno de los mejores guiones que he tenido oportunidad de ver en cuanto al rubro religioso se refiere y este filme se llama “Heretic” (Hereje) y nos plasma una interrogante sumamente interesante al retratar a dos adolescentes mormonas quienes tratan de convertir a la gente a que se unan a su religión y se topan con un personaje con gran conocimiento de la teología en general.

Intentaré no spoilear mucho esta película y comenzaré por destacar la gran actuación de Hugh Grant de quien, al menos yo, no lo había visto en un papel de este corte dramático, de suspenso y sobre todo un thriller psicológico que me pareció sorprendente, igual que la interpretación de Chloe East con quien en conjunto, sostienen el desarrollo casi completo de la trama.

Esta historia comienza con un diálogo en el que, de entrada, ya te hace entender el fondo del largometraje, cuando dos adolescentes mormonas discuten sobre un tema muy recurrente, las creencias y sobre todo lo que la publicidad puede hacernos para creer o no en cierto producto y apuntalándolo un poco más, una de ellas hace la pregunta ¿qué otra cosa podemos creer solo por la publicidad?, y termina su frase con “si de niña te dijeran que el libro de mormón es falso, es probable que lo creyeras porque eso te dijeron” y efectivamente, la gran mayoría de las cosas que creemos o aseguramos proviene de una imposición ya sea familiar, de alguna amistad, un catedrático, un programa de televisión, una canción o cualquier otro tipo de comunicación que no tenga como base una prueba real o tangible, y es en este punto donde precisamente nuestras ideas preconcebidas van tomando forma y se arraigan de tal manera que nos es extremadamente complicado darle cabida a cualquier otra sugerencia o punto de vista que sea contrario a lo que aseguramos como verdadero, no sin antes, carecer de toda prueba fehaciente.

La premisa fundamental del largometraje es la religión y durante los 111 minutos de duración, nos lleva a cuestionarnos de casi todos los temas que rodean a las diferentes instituciones religiosas, sus costumbres, prácticas y la magnitud de su influencia en el comportamiento que adoptamos con tal de cumplir con sus reglas, y el cómo las recompensas que las diferentes deidades nos proporcionan por alabarlos, creer en ellos y sobre todo por continuar divulgando sus predicciones, pero también nos hace una clara referencia a la manera en que fueron construidas y cimentadas las mayores religiones, o al menos las más practicadas, sin dejar de lado a todas las demás, presentándonos una confrontación sumamente interesante al  compararlas con las grandes corporaciones que ofrecen su producto con un ejemplo extremadamente mundano y entendible.

Aunque suene bastante contradictorio, el tema tal cual está planteado, nos puede dejar en un punto de vista igual del que comenzamos, me intentaré explicar, al llevarnos a racionalizar nuestras creencias y encontrarle a todo el sentido racional, verdadero y demostrable de algo, nos puede orillar a no llegar a ningún punto en concreto, es más, incluso podemos generar más preguntas que respuestas y por el otro lado, el hecho de no cuestionarnos y simplemente creer por lo que se nos dice, nos presentará muchas respuestas y pocas preguntas que, en esencia, no tendrían sentido al no existir cuestionamiento alguno, pero lo más interesante de ambas posturas se representa con la obsesión, donde en el primer caso es por conocer u obtener la verdad y en el segundo el de creer, y si ponemos ambos comportamientos bajo un análisis, ambos terminan siendo fanatismo.

Es el momento en que habrá un poco de spoil. Aparece una frase realmente profunda e interesante que dice: ¿cómo te mostró dios que la iglesia es real?; empero, me parece que ese cuestionamiento puede ir sin problema alguno en ambos sentidos, es decir, ¿cómo puede demostrar la iglesia que su dios es real?, entonces, lo más interesante en ambas premisas es que la respuesta podría ser la misma, no hay forma; y es que, durante el desarrollo de este largometraje nos lleva a cuestionarnos el ¿por qué creemos lo que creemos?, no solo hablando de los temas religiosos aunque la línea discursiva de toda la película se basa en ello y genera muchas interrogantes, llegando a un punto central donde nos presenta que la mayor herramienta que tenemos ante la historia, o cuentos como suelo denominarlos, en los que se forjaron las diferentes religiones, es el cuestionamiento estructurado, un pensamiento crítico, una base científica, pruebas contundentes de su existencia, pero sobre todo, a conocer la propia historia de nuestra humanidad porque en gran medida, la mayoría de las cosas son cíclicas y se retoman después de muchos años, cuando ya se ha llegado a olvidar por algunas generaciones y parecen ideas revolucionarias y originales; empero, si conociéramos más de la historia podríamos hilar que ciertas cosas que creemos son una copia de otra anterior a la que le dieron un pequeño giro, y en otros casos, es la mezcla de muchas otras historias que se entretejen para dar vida a una totalmente “nueva historia”.

Durante todo el filme nos deja clara la idea de que ambas predicadoras “pueden irse por voluntad”, lo cual, me parece la verdadera cereza del pastel ya que, es exactamente el eje conductor de cualquier religión, el libre albedrío, pero eso sí, para el caso de tomar la salida más próxima debemos tener en cuenta que nuestra deidad no será para nada amigable, nos podrá ir muy mal alejándonos de ese ser supremo pero es tan bondadoso que cuando queramos regresar, y muy probablemente lo hagamos, nos recibirá con los brazos abiertos, entonces ¿Qué eso no es una forma de control bastante violenta? y esto  es plasmado en las decisiones que toman los personajes son totalmente personales; sin embargo, al final de todo nos resume de una manera majestuosa que somos presos de nuestras creencias y por ello tomamos determinaciones hasta cierto punto predecibles aunque sepamos que dichos pensamientos no son reales o creíbles y, sin embargo, continuamos defendiéndoles y que las instituciones de todo tipo pero en este caso habla específicamente de las religiones, se aprovechan ello para mantener dicho control y esa es la verdadera razón de ser y existir, pero si lo queremos poner en cualquier otro ejemplo, no tardaremos mucho en conseguir quien lo sustituya porque aplica para el café (Starbucks), ropa deportiva (Nike), parques de diversiones (Disneyland) en fin, cualquier rubro tiene su “top 1” que ha sido conseguido gracias a sus ejecutivos de ventas y para el caso de la religión los denominan misioneros.

Considero que de por sí el tema es bastante ríspido y en ocasiones complejo como para poder sostener una postura marcada hacia alguno de los dos bandos, es decir, el de CREER o el de NO CREER y llega un momento en este largometraje que utilizan una manera de representarlo muy similar a lo que nos mostró la película de “Matrix” en 1999 en la escena de Morpheus y Neo, la elección de la píldora azul o roja; empero, va más allá, al entregarnos una imagen que, al menos para mí fue muy significativa, representada con puertas que, a simple vista, puedes deducir que te llevarán al mismo camino.

Finalmente, es indiscutible el hecho de que todo lo que leemos, oímos, vemos y pensamos estará condicionado a nuestra propia versión y concepción de las cosas por lo tanto, estoy cierto que nuestras opiniones respecto a cualquier tema carecen de una objetividad completa o total ya que habrá un sesgo invariable; sin embargo, una de las múltiples conclusiones que pude obtener de este filme es que el aferrarte a defender tus ideas, puede servirte a matar “algunos demonios”; empero, te llevará eventual o finalmente a morir por tus propias creencias.

DATO CULTURAL.

Un día como hoy en 1236 en Canterbury, Inglaterra, se lleva a cabo, en la catedral de dicha demarcación, el matrimonio entre Enrique III de Inglaterra y Leonor de Provenza, resaltando la gran diferencia de edades, 28 y 12 respectivamente, quienes a la postre concibieron nueve hijos (Eduardo, Margarita, Beatriz, Edmundo, Ricardo, Juan, Guillermo, Catalina y Enrique); en 1601 en la Platea Sancti Petri, Roma, (actual Plaza de San Pedro, Ciudad del Vaticano) se produce una de las “quemas de libros” más controversiales de la iglesia católica. Por orden del entonces papa Clemente VIII, son eliminados todos los libros judíos, incluyendo los textos del Talmud, que se encuentren escritos en idioma hebreo y arameo; en 1900 en Roma, Italia, se estrena en el “Teatro Constanzi” la ópera “Tosca” de la autoría del célebre compositor Giacomo Antonio Domenico Michele Secondo Maria Puccini, mejor conocido como “Giacomo Puccini” y escrita por Giuseppe Giacosa y Luigi Illica.

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