
| 22 DE ABRIL DE 2025 | El Vicario de Cristo latinoamericano |
POR: VÍCTOR MANUEL REYES FERRIZ
El día de ayer el mundo católico se vistió de luto y fue acompañado por el resto de los habitantes del globo, y es que, aunque puedan existir diferencias grandes y en ocasiones diametralmente opuestas, la postura y pensamiento del Papa Francisco, acumulaba y englobaba a cualquier persona, de cualquier raza, religión, posición social y por primera ocasión, al menos de manera pública, incluyendo y reconociendo a quienes viven en la diversidad de género. Su fallecimiento se produce en un momento bastante simbólico, una característica que lo acompañó no solo durante su papado sino a lo largo de su vida.
La historia de este hombre religioso comienza con su nacimiento en la provincia de Buenos Aires; sin embargo, dentro de todo el simbolismo que acompañó a este hombre, los orígenes familiares paternos se remontan a la región italiana de Piamonte y su padre Mario José Bergoglio fue originario de Turín, por su parte, su madre Regina María Sívori nacida en Buenos Aires, pero también con ascendencia italiana, contrajeron nupcias en el territorio sudamericano donde procrearon a sus cinco hijos siendo el mayor Jorge Mario Bergoglio nacido el 17 de diciembre de 1936, seguido de Óscar Adrián (1938), Marta Regina (1940), Alberto Horacio (1942) y finalmente María Elena (1948) quien de hecho, es la única hermana de la familia que continúa con vida; provenientes de una familia de clase media baja con residencia en el barrio de “Flores”, los Bergoglio profesaban la fe católica, empero, no existía una fuerte inclinación hacia la vida sacerdotal. Inicialmente su educación escolar fue de manera laica realizando sus estudios en la primaria No. 8 “Coronel Pedro Cerviño” y el grado de secundaria lo cursó en la E.N.E.T. N°27 «Hipólito Yrigoyen», de la cual, obtuvo el título de Técnico Químico; sin embargo, su vida clerical comenzaría a partir de aquel momento en el Seminario Metropolitano de Buenos Aires en Villa Devoto, para que el 11 de marzo de 1958 a la edad de 21 años, culminara el noviciado de la Compañía de Jesús.
Durante sus primeros años continuó estudios profesionales que le llevaron a titularse de humanidades, filosofía y también en teología, comenzó a impartir cátedra en Argentina y posteriormente lo hizo en España para regresar a su tierra natal y en 1973 convertirse en provincial de los jesuitas en Argentina, y no fue sino hasta 1992 cuando el entonces 264º papa de la iglesia católica, Juan Pablo II, lo nombra obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires, y tan solo cinco años después fue nombrado Arzobispo coadjutor de Buenos Aires, y tan solo nueve meses posteriores, ya en 1998, se le nombrara Arzobispo Primado de Argentina, nuevamente los caminos de Jorge Mario Bergoglio y de su santidad Juan Pablo II se cruzaron en el 2001 cuando lo nombre Cardenal y que con la misma congruencia que rigió su vida sobre el apoyo y ayuda a los más pobres, solicita a los feligreses que no acudan a Roma para celebrar su nueva ordenación, sino que en su lugar, destinen el dinero que requerirían para el viaje y lo donen a los pobres y así continuaron sus años en Argentina para que finalmente el 13 de marzo del 2013 la chimenea de la Capilla Sixtina emitiera humo blanco anunciando el tan anhelado “habemus papam” que se esperaba en la Plaza de San Pedro.
En reiteradas ocasiones, el ahora difunto papa Francisco, externó su preocupación, ocupación y sobre todo empatía por los más desfavorecidos, de hecho, se le pudo escuchar insistir en frases como “Mi gente es pobre y yo soy uno de ellos”, y con la misma intensidad externaba que la iglesia debía ser “de puertas abiertas”, es decir, que incluía a todos sin importar ningún calificativo, al grado de romper con, al menos, dos estigmas fuertemente arraigados en la iglesia católica que eran el reconocimiento y aceptación de la comunidad LGBTQ+ y el reacercamiento con las parejas divorciadas, incluso, el nombramiento de la superiora de las Misioneras de la Consolata, Sor Simona Brambilla, para dirigir el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, lo que implica en estas tres acciones, un hito histórico para la iglesia católica.
Por cuanto corresponde al tema de los simbolismos de este papado, solamente a manera rápida los enumeraré y que seguramente, aunque soy católico de facto pero decido no ejercerlo, faltarán muchos por cuestión de desconocimiento, me parece interesante echarle un vistazo a las acciones que podrían resaltarse como trascendentales que hicieron que las cúpulas vaticanas no terminaran de encajar con la figura y postura de un hombre, que desde el principio, no se manejaba bajo el perfil tan alto como suele usarse en los altos cargos del clero. Comenzaré por su ascenso, el suceder a un papa vivo no es para nada común en los cánones católicos y es que este acontecimiento solo se ha visto en ocho ocasiones tras las renuncias de Clemente I, Ponciano, Silverio, Benedicto IX, Gregorio VI, Celestino V, Gregorio XII y Benedicto XVI que fue precisamente a quien sustituyó; fue el primer papa latinoamericano; el primero en pertenecer a la vertiente jesuita que por principio de cuentas rechaza el poderío económico porque prefiere compartirlo con los pobres (algo nada usual en el catolicismo); el primero en utilizar el nombre Francisco, esto es en torno a San Francisco de Asis derivado de su preocupación por el medio ambiente, situación que dejó muy clara con su postura del cambio climático; inicia su papado en momento clave y álgido de la migración africana a Europa y su primer viaje lo realiza a la isla de Lampedusa donde este fenómeno migratorio es abrumador y en dicha visita le proporciona asilo político en el vaticano a una familia entera; ofreció disculpas por la pederastia cometida por personas de la iglesia católica, con lo cual, si bien es cierto que no se soluciona el problema, el reconocerlo, aceptarlo y comenzar a trabajar en contra de ello, es un paso importante, de hecho, hay quienes dicen que fue un momento coyuntural porque la iglesia no podía darse el lujo de seguir perdiendo “fans”, y es totalmente cierto, apoyo esa visión; empero, me parece que bien pudo hacerse de la vista gorda como lo hicieron Juan Pablo II o el propio Benedicto XVI a quien precisamente le explotó este tema con aquel nombrado “Vatileaks” (que incluía la pederastia entre muchos otros temas escandalosos) y por el contrario su postura fue de aceptar el hecho de que hay criminales en las filas de la iglesia católica y que deben ser juzgados por lo que crea la “Pontificia Comisión de la Protección de Menores” y esperemos que pronto arrojen resultados contundentes, y quizás el acontecimiento mayor en cuanto al simbolismo per ce, se presenta en el momento de su muerte ya que su salud era conocido que mermaba rápidamente, que no se recuperaría del todo y que tarde o temprano la cúpula vaticana debería comenzar a pensar en el famoso cónclave; sin embargo, para una de las fechas más importantes en el calendario católico, el sumo pontífice mejoró, emitió un discurso en la Plaza de San Pedro el domingo de resurrección y fallece horas después, que dicho sea de paso, este 2025 es un año de jubileo, el cual, sucede cada 25 años y que desde el mes de febrero que inició este proceso de visitar el nosocomio y preocuparse de manera más férrea en su salud pidió que así como llevó su vida, quería llevar su muerte, con mucha sencillez porque debemos recordar que en cada uno de los cargos que ocupó durante su vasta “carrera sacerdotal” siempre eligió vivir en pequeños apartamentos, situación que no fue diferente en el Vaticano, no utilizaba ropa de marca, tampoco lo hizo en el Vaticano (recordar los zapatos rojos), visitaba frecuentemente a su tendero de periódico, pagaba sus cuentas (recordar el pago de la cuenta de hotel antes de ser nombrado papa), en fin, todos estos actos de sencillez y humildad los solicitó para un funeral sin rituales pomposos y ser enterrado en la Basílica Papal de Santa María la Mayor.
Ahora bien, estas acciones no sólo deben ser catalogadas como correctas sino obligatorias para quien encabeza o lidera una religión porque el propósito y/o justificación de la existencia de un gremio clerical es el velar por el bien actuar, lo moral, lo interno; empero, una duda que he tenido durante toda mi vida racional, es el por qué únicamente la iglesia católica es a su vez un Estado, es decir, todas las religiones grandes, cuentan con un representante, líder, guía que es reconocido en el mundo entero; sin embargo, ni el islamismo, judaísmo, hinduismo, cristianismo, taoísmo o confusionismo, cuentan con la figura de Jefe de Estado, ya sea bajo la misma persona u otra, de tal manera que, aunque no esté escrito literalmente en ningún lado, el mundo le ha otorgado y sigue otorgando un poder político a una congregación religiosa que viéndolo lo más objetivo posible, me parece una utopía exactamente igual a la de Tomás Moro, el querer unificar la moral con la política bajo un mismo techo, en alguna de las dos quedará mal.
Desafortunadamente cada día vivimos en sociedades más alejadas del bien común, frecuente es el hecho que solo “llevamos agua para nuestro molino” y tanto en la política como en la religión, ese velar por un bien superior o común se ha convertido en regalías electorales, y exactamente eso es lo que pasará en los próximos 14 o 20 días dentro del Vaticano, habrá un pre-cónclave donde quienes quieran ocupar el cargo tendrán que convencer a unos votantes ávidos de escuchar propuestas que les beneficien, hacer uso de los compadrazgos añejos y de los favores no cobrados, exactamente igual que cualquier partido político en México, de hecho podríamos extenderlo al mundo entero, y surgirá un nuevo abanderado de la religión más prolija en el planeta que, con el apoyo de poco más de 2,400 millones de fervientes partisanos (porque defienden su fe con uñas y dientes por antonomasia) estarán completamente ajenos a las propuestas hechas por el nuevo Vicario de Cristo ante la cúpula vaticana y que de manera completamente diferente actuará para aquellos simpatizantes; empero, éstos, llorarán de felicidad y olvidarán como cada nuevo ciclo papal, tanto lo hecho como lo faltante por hacer por parte de quien en su momento, realizó el mismo proceso de convencimiento a puertas cerradas.
Finalmente, el papado de Francisco queda marcado como humanista y sí, si fue así, así como él como persona, como líder religioso y como jefe de Estado, una persona que no negaba su rotundo amor por el pequeño equipo de fútbol del barrio en el que nació, el San Lorenzo de Almagro y que tampoco ocultaba su pasión por el tango, una persona que no se engrandecía con las investiduras, entonces, sólo quedará ver y analizar a posteriori, qué de su legado recoge la iglesia católica para darle continuidad y qué es lo que tirarán a la basura, mientras los “fans” se irán perdiendo o ganando dependiendo de si aplican aquella famosa frase de un “Ateo blasfemo” dicho por Pio XII al referirse al botánico, escritor, explorador, filósofo y naturalista británico, Charles Robert Darwin quien nos ilustró con “No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio”.
DATO CULTURAL.
Un día como hoy en 1724 nacía en Königsberg, Reino de Prusia (actual Alemania), el epistemólogo, escritor, ético, filósofo, metafísico y político Immanuel Kant quien, es el representante criticismo e iniciador del idealismo alemán. Entre sus aportaciones más importantes encontramos el concepto del imperativo categórico y sus obras “Grundlegung zur Metaphysik der Sitten” (Fundamentación de la metafísica de las costumbres – 1785), «Zum ewigen Frieden. Ein philosophischer Entwurf» (Sobre la paz perpetua – 1795) y por supuesto su máxima “Kritik der reinen Vernunft” (Crítica a la razón pura – 1781); en 1904 nacía en New York, Estados Unidos, el catedrático, físico nuclear e ingeniero Robert Oppenheimer quien, es considerado el “padre de la bomba nuclear” y fue el director científico del conocido “Proyecto Manhattan” durante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial; en 1912 en Moscú, Rusia, se publica la primera edición del diario “Pravda”, el cual, fue el periódico comunista bolchevique que a la postre se convertiría en el órgano oficial del Partido Comunista de la Unión Soviética.
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