Alessandro Baricco

POR: THELMA MORALES GARCÍA

Era el año de 2015, cuando me invitaron a participar en el Laboratorio de novela, impartido por Celso Santajuliana quien para ese entonces llevaba once años dirigiendo dicho Laboratorio en Coyoacán, unos más en la Universidad Iberoamericana y en el poniente de la ciudad de México.

Era la primera vez que lo impartía en la ciudad de Toluca, en el museo Luis Nishizawa, su técnica muy acabada se basaba en reconocer la capacidad creativa como algo inherente al ser humano y con ello ofrecía a los participantes a través de conducción y de la construcción del proceso creativo de la mano de lecturas, técnicas y apoyo audiovisual diera como resultado escribir una novela de nuestra autoría de entre 80 y 120 páginas.

En total se realizaron 10 sesiones, una mensual con tres horas de duración cada una. La primera sesión se realizó el 20 de febrero de 2015 y como tareas y actividades de esa sesión, era que en el lapso de un mes armáramos un rompecabezas de mil piezas, sin saber ni conocer la figura; que elaboráramos una lista con los capitales simbólicos personales: origen, familia, pueblo o ciudad, antecedentes, entre otros; debíamos anotar nuestras emociones durante el día cuatro ocasiones, la primera al despertar y la cuarta antes de dormir, para que entonces identificáramos cual era nuestra emoción regente; que durante el día anotáramos cosas que llamaran nuestra atención: un detalle, una escena, un objeto, una persona y leer la novela Seda de Alessandro Baricco.

Hasta ese momento no sabía nada de este autor, el libro publicado por ediciones Anagrama, refería en la solapa que nació en Turín en 1958 y que había dirigido en su país un programa de libros para invitar a las generaciones  a redescubrir el placer por la lectura. Sus críticos lo consideran simplista, en respuesta, él escribe, escribe y escribe. Hoy es uno de los escritores italianos más conocidos en el mundo, pero Baricco no le gusta la fama ni quiere acostumbrase a ella, en 2016 en una entrevista para la BBC declaró: “Para mí la única cosa importante es escribir bien, escribir algo bello”.

Este libro publicado por primera vez en 1996 y el que lo dio a conocer internacionalmente; para este curso adquirí la edición de Anagrama de 2005 bajo la traducción de Xavier González y Carlos Gumpert, en ese entonces me pareció una novela melancólica llena de metáforas que seguramente nuestro maestro quería que analizáramos, el tiempo en el que se desarrolla la historia es en la segunda mitad del siglo diecinueve en alguna región de Francia. Hervé Joncour es el protagonista y se dedica a la compra de huevos de gusanos de seda para su negocio, por ello tiene que viajar a Japón para conseguirlos. Durante sus viajes por mar y tierra hasta llegar a su destino, narra lo que va experimentando y la descripción de lo escenarios es muy real y bucólica.

Tal vez por eso esta novela es tan seductora, aquí no encontraremos aviones, ni electrodomésticos, pero si ternura, erotismo, melancolía y escenas conmovedoras.

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