
POR: THELMA MORALES GARCÍA
El ferrocarril cambió por completo la vida de todos los mexicanos, de acuerdo a las investigaciones históricas, sabemos que la primera línea ferroviaria de nuestro país salió el 16 de septiembre de 1869, desde la ciudad de México con destino a la ciudad de Puebla y fue inaugurada por el entonces presidente Benito Juárez.
El tren, se convirtió en el único medio de transporte seguro y rápido que comunicó a diversas poblaciones durante la primera mitad del siglo XX, recordemos que en el siglo XIX, el medio transporte eran las carretas, las diligencias y las recuas, por ello, los viajes podían tardar semanas para llegar a su destino y los caminos estaban llenos de peligro. El tren logró comunicar a todo el país y fue fundamental para el desarrollo de cada lugar a donde llegaba y las historias que de él emanaron. En la época porfiriana, la red ferroviaria se incrementó de 640 a 20 mil kilómetros de rieles al final del porfiriato. El ferrocarril simbolizaba, la máquina que modernizaba la vida de los habitantes a dónde llegaba. Muchas historias se entretejieron alrededor de los ferrocarriles y las estaciones a donde se concentraba la llegada y salida de personas.
La revolución también estuvo marcada por los trenes y a más de cien años de distancia, podemos encontrar numerosas investigaciones en torno a los ferrocarriles y la vida cotidiana, así como fenómeno cultural que abordó la literatura y el arte en general.
El ferrocarril jugaría un papel fundamental en la Revolución Mexicana, pues pasó de transportar civiles y mercancías, a ser utilizadas por el ejército o por los bandos villistas o zapatistas, pues quien controlaba los ferrocarriles –fueran federales o revolucionarios–controlaba al país entero. El tren fue también refugio para desamparados y combatientes.
El tren; con elementos locales y nacionales que se entretejen formando la historia de nuestra entidad. Más de un siglo de evocaciones entorno al ferrocarril. ¿Quién no tiene recuerdos familiares o anécdotas sobre la vida alrededor de las estaciones del tren, donde la vida cotidiana se desarrollaba? Muchos, recuerdan a través de la tradición oral y escrita sus vínculos con el ferrocarril desde sus lugares de origen y lo transmitieron a sus descendientes.
En un municipio del Estado de México se conoce una tragedia que fue publicada por Vanegas Arroyo con grabados de José Guadalupe Posada y donde se hace referencia al descarrilamiento del tren de Temamatla; la hoja se titula “Bola del Descarrilamiento de Temamatla”; y narra que aquél funesto 28 de febrero de 1895 entre Tenango y Temamatla, ocurrió el descarrilamiento de cinco vagones del tren repletos de pasajeros, mismos que regresaban de haber asistido a las fiestas de Amecameca.
En este accidente murieron 100 personas y hubo muchos heridos. Cabe señalar que en el libro “Fernando Castillo Pintor Popular 1895-1940” el pintor y escritor Gabriel Fernández Ledezma, en la biografía que hace de este personaje refiere este accidente: «Castillo nació poco después del descarrilamiento de Temamatla, aquella singular catástrofe cuya horrorosa magnitud se cantó en un ‘corrido’. Su madre, encinta, iba en el tren de pasajeros cuando ocurrió el accidente, y por el susto, la señora perdió la cabeza; ahí mismo, adelantándose a los acontecimientos, nació Castillo.”
Mi abuelo trabajó para Ferrocarriles Nacionales durante casi treinta años y vivió una tragedia relacionada con una explosión en 1936 en la estación de Tultenango, cerca del municipio de El Oro.
Hoy en nuestra ciudad de Toluca, podemos aún escuchar el silbato del tren que anuncia su llegada a la estación y que en la actualidad da nombre a la colonia “Reforma y Ferrocarriles Nacionales”.
El tren significa mucho para nuestra historia y preservarla debe ser una tarea de todos; sobre los datos curiosos del Ferrocarril, hace unos años el señor Enrique López Márquez, quien era parte de la Coalición de Socios Ferrocarrileros Jubilados Integrantes del Fideicomiso 5012-6 Impulsora de Derechos Nacionales e Internacionales A.C., y quien durante treinta años se desempeñó como maquinista en la hoy extinta Ferrocarriles Mexicanos. Recordó que el “Son de la Negra”, se ha convertido en una de las composiciones más representativas de México y que fue compuesta en 1926 en Tepic Nayarit por Blas Galindo originario del Estado de Jalisco; se cree que los acordes con los que inicia la tonada, evocan la marcha de la locomotora y la letra hace referencia a la misma a la que se apodaba “La Negra”, por eso cuando dice “ojos de papel volando”, es porque se levantan del piso al iniciar el movimiento de la máquina; en la canción se le pregunta al maquinista por la locomotora: “cuando me traes a mi negra que la quiero ver aquí…”.
Otra de las curiosidades, es sobre un acontecimiento histórico que sucedió en el pueblo de Nacozari, Estado de Sonora, donde en el año de 1907 un maquinista de 24 años de edad que se llamaba Jesús García, viendo que dos vagones cargados de dinamita estaban a punto de explotar, se subió al tren y lo alejó a gran velocidad, pocos minutos después y alejado de la población el tren explotó; Jesús García “El Héroe de Nacozari”, murió salvando su pueblo; por ello el Charro Avitia en su honor dedicó el corrido “Máquina 501”; la cual, no tenía ese número, fue una licencia que el compositor se dio; el verdadero número de la locomotora fue la número “2”; según consta en el reporte oficial de la tragedia por parte de Mrs. Douglas. Por este hecho y en su honor el 7 de noviembre (día en que sucedió la explosión) se conmemora el Día del Ferrocarrilero.
Para manejar una locomotora la tripulación se conformaba por dos garroteros que tenían a su cargo el control de 15 carros o vagones cada uno, el fogonero y el maquinista; por ello como era muy grande el tren, el silbato del tren de acuerdo a las veces que pita; tiene que ver con la clave Morse; con los silbatazos se dan las indicaciones a la tripulación.
Otro de los términos que fue acuñado en la tradición del ferrocarril, es cuando hablamos de los líderes charros, que es para referirse a los líderes corruptos; el charrismo sindical tiene como características las siguientes: el engaño y la traición a los intereses obreros; la ausencia de democracia sindical; la violación de los derechos estatutarios y contractuales; el uso permanente de la represión en contra de los trabajadores; la malversación de los fondos sindicales; la corrupción en todas sus manifestaciones y la alianza de los dirigentes obreros con intereses ajenos a la organización, todo ello según la fuente del investigador Manuel Márquez.
“El charro” así apodado Jesús Díaz de León; quien se vestía como charro, fue quien por su comportamiento dentro de las filas sindicales de los ferrocarrileros, pasó a la historia porque junto con su grupo que lo apoyaba para ser dirigente, tomó las oficinas del Comité Ejecutivo Nacional del Ferrocarril en el año de 1948 y con el apoyo de la policía sus contrincantes fueron a dar a la cárcel preventiva, sin embargo Valentín Campa su opositor logró escapar. Su llegada al Sindicato fue de manera falsa, según lo cuenta la historia y por tal motivo ser líder “Charro”, significa que es corrupto.
La estación de Cuautla en el estado de Morelos, es una de las más antiguas de nuestro país, porque está ubicada en lo que fue un convento del siglo XVI. Estas curiosidades nos acercan un poco más a lo que fue la historia de los ferrocarriles mexicanos.
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