La Revolución Mexicana: el parto doloroso de una nación moderna

18 DE NOVIEMBRE DE 2025 La Revolución Mexicana: el parto doloroso de una nación moderna

POR: VÍCTOR MANUEL REYES FERRIZ

El día de ayer, una gran parte de los mexicanos disfrutamos un día de asueto derivado de que en la conmemoración del inicio de la Revolución Mexicana, se mueve hacia el lunes más cercano y se genera un “puente vacacional”; empero, muchas personas no tienen claro el por qué de ésta fecha cívica, así que intentaré comentarlo de la mejor manera posible.

A inicios del siglo XX, México era un país fracturado por las profundas desigualdades heredadas del Porfiriato. Mientras una élite industrial y terrateniente disfrutaba de avances y estabilidad, la mayoría campesina e indígena vivía al margen de las promesas del “orden y progreso”, es en ese contexto, donde la inconformidad social encontró cauce en el llamado que realizó Francisco I. Madero quien, para 20 de noviembre de 1910, convocó a levantarse en armas contra el régimen de José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, simplemente conocido como Porfirio Díaz; sin embargo, la Revolución Mexicana no estalló como una sola llamarada, sino como una serie de incendios regionales que, con el tiempo, consumieron las estructuras del viejo Estado.

De manera general cuando pasamos por las aulas, nos hablan de este movimiento armado como si hubiera sido un levantamiento al unísono en todo el territorio nacional y eso es completamente errado, fue un acontecimiento social que fue despertando en diversos momentos e incluso, con diferentes causas que hacían que se levantaran voces reclamando al gobierno sus preocupaciones; es decir, mientras en la parte norte del país llegaron incluso a adherirse los hacendados a las peticiones campesinas, en el centro-sur el reclamo era la restitución de las tierras por lo que no podemos hablar de una misma causa que originó esta sublevación.

En Puebla, los Hermanos Serdán se convirtieron en símbolo de ese despertar. Aquiles, Carmen y Máximo, fueron fervientes maderistas y organizaron uno de los primeros movimientos armados; empero, el gobierno porfirista descubrió que tramaban provocar una revuelta programada para el multimencionado día 20 de noviembre, por ello, el día 18 las autoridades policiales llegaron a su domicilio de la calle de Santa Clara el día 18 y los confrontaron, de hecho, los tres hermanos resistieron heroicamente y el resultado fue que tanto Aquiles como su hermano Máximo perdieron la vida, y Carmen fue arrestada y liberada dos días posteriores, de tal suerte que en estricto sentido, el primer acontecimiento para el inicio de la Revolución Mexicana debe considerarse la enfrenta de los hermanos Serdán ante el gobierno autoritario de Porfirio Díaz con lo que su sacrificio abrió la puerta a la insurgencia que se extendería por todo el país.

Desde Chihuahua, Durango y Sonora hasta Morelos y Guerrero, distintos caudillos asumieron la causa de Madero. En el norte la lista de personajes es sumamente amplia, comenzando con Pascual Orozco Vázquez, José Doroteo Arango Arámbula mejor conocido como Pancho Villa, Toribio Ortega Ramírez, Orestes Pereyra Cornejo y Álvaro Obregón entre muchos otros, encabezaron levantamientos decisivos; en el centro-sur, Emiliano Zapata Salazar levantó la bandera de “Tierra y Libertad”, que con el tiempo se convertiría en el corazón agrarista del movimiento y en los estados sureños fueron levantamientos primordialmente campesinos e indígenas que no contaron con un liderazgo o caudillo que tomara la bandera. Aquel mosaico de rebeliones locales, con objetivos y métodos distintos, compartía un solo propósito: acabar con más de tres décadas de dictadura.

A manera un poco de cronología, repasemos los diferentes momentos en que comenzaron los levantamientos en todo el país.

ESTADOS (REGIÓN)CAUDILLOSFECHA APROXIMADA
Chihuahua (Norte)Pascual Orozco Vázquez, Pancho Villa y Toribio Ortega Ramírez,Entre el 19 y 20 de noviembre de 1910
San Luis Potosí (Centro-Norte)Francisco Ignacio Madero González y Saturnino Cedillo MartínezA partir del 20 de noviembre de 1910
Zacatecas (Centro-Norte)Pancho Villa y Felipe de Jesús Ángeles RamírezA partir del 20 de noviembre de 1910
Guerrero (Sur)Se habla de un liderazgo de Anselmo BelloPrimeros días del levantamiento
Durango (Norte)Pancho Villa y Orestes Pereyra CornejoFinales de noviembre de 1910
Morelos (Centro-Sur)Emiliano ZapataMediados de diciembre de 1910
Oaxaca (Sur)Sin liderazgo claroParticipaciones divergentes desde 1912

La caída de Porfirio Díaz nos marca dos fechas importantísimas, siendo la primera de ellas el 21 de mayo de 1911 cuando se firman los “Tratados de Ciudad Juárez”, que es donde reconoce que dejará el poder, y para el día 25 del mismo mes, presenta su formal y oficial renuncia para exiliarse en Francia, por lo que esto pareció marcar el triunfo de la Revolución; sin embargo, entre su renuncia y la asunción formal del gobierno por parte de Francisco Ignacio Madero González, pasaron seis meses de incertidumbre política, donde existió un interinato encabezado por Francisco León de la Barra, que dicho sea de paso pertenecía el gobierno porfirista ya que mientras gobernaba Díaz Mori, el ocupó la Secretaría de Relaciones Exteriores y como era mandato de la entonces vigente Constitución Política de 1857, asumió el cargo; empero, el país quedó suspendido entre el viejo régimen y el nuevo orden ya que, Madero optó por la legalidad y prefirió esperar elecciones libres antes que asumir el poder por la fuerza. Fue una decisión noble, aunque políticamente costosa; en ese lapso, el ejército porfirista se reagrupó, los zapatistas se impacientaron y las élites comenzaron a conspirar.

Llegados los meses de agosto y octubre, se convocan no solo a elecciones presidenciales sino también a legislativas y Francisco I. Madero se postula por el Partido Constitucional Progresista y como durante los meses entre mayo y agosto recorrió el territorio nacional, gana por una amplia mayoría, así que el 6 de noviembre de 1911 toma posesión como presidente de la República y nombra como Vicepresidente a José María Pino Suárez.

A partir de que Madero asumió la presidencia, intentó transformar la Revolución en democracia; empero, la vieja estructura del poder resistió. Zapata rompió con él y proclamó el “Plan de Ayala”; Orozco se rebeló en el norte; y el ejército federal, lejos de reformarse, se convirtió en su verdugo. En febrero de 1913, José Victoriano Huerta Márquez, con el apoyo del embajador estadounidense Henry Lane Wilson, orquestó el golpe de Estado que culminó en el asesinato de Madero y Pino Suárez. La llamada ”Decena Trágica” no sólo apagó la vida del apóstol de la democracia, sino que encendió la segunda gran fase de la Revolución.

Es en este momento donde emerge un nombre de mucho peso en el movimiento revolucionario y es Venustiano Carranza Garza, gobernador de Coahuila quien, respondió con el”Plan de Guadalupe” en marzo de 1913, llamando a desconocer al usurpador Huerta y a restaurar la Constitución. Con él se alzaron Álvaro Obregón, Francisco Villa y los sonorenses. En el sur, Zapata siguió su propio camino, decidido a que la Revolución no se limitara a un cambio de gobierno, sino de justicia social. En 1914, el régimen huertista colapsó y la unidad revolucionaria también: los caudillos vencedores comenzaron a enfrentarse entre sí.

La Convención de Aguascalientes intentó reconciliar visiones: Villa y Zapata, con su base popular, frente a Carranza, con su estructura institucional. El fracaso fue inevitable. La guerra civil se reanudó y, entre 1915 y 1916, Obregón derrotó a Villa en las batallas de Celaya, consagrando el triunfo del constitucionalismo. El resultado fue la convocatoria a un Congreso en Querétaro, donde el 5 de febrero de 1917 se promulgó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, una de las más avanzadas de su tiempo. Por primera vez, un país incorporaba derechos sociales en su Carta Magna: educación laica, jornada laboral de ocho horas y propiedad nacional sobre los recursos naturales.

Aun así, la sangre no había terminado de correr. Carranza, ya presidente constitucional, enfrentó nuevas rebeliones. Zapata fue asesinado en 1919 en una emboscada en Chinameca; Villa resistió en el norte hasta rendirse en 1920; y el propio Carranza cayó traicionado durante su huida, tras la rebelión del Plan de Agua Prieta, impulsada por los sonorenses Obregón, De la Huerta y Calles. Con la llegada de Álvaro Obregón a la presidencia, en diciembre de 1920, la Revolución finalmente encontró su cauce institucional.

Como toda gran revolución, la mexicana no terminó con la victoria de un bando, sino con la construcción de un equilibrio político: el del Estado posrevolucionario, que durante décadas administró los ideales de justicia, democracia y soberanía. Hoy, revisitar esos años no es un ejercicio de nostalgia, sino de comprensión. Porque México, como en 1910, sigue siendo un país que busca reconciliar su historia con su futuro.

Finalmente, la Revolución Mexicana fue más que una guerra: fue el parto doloroso de una nación moderna. Cambió la estructura del poder, transformó la relación entre el Estado y la sociedad, y sentó las bases del México del siglo XX. No fue un proceso limpio ni lineal: en una década murieron más de un millón de personas, pero nació una Constitución que, a más de un siglo, sigue siendo el marco de nuestra vida pública.

DATO CULTURAL.

Un día como hoy en 1738 en Viena, Austria, después de tres años de conciliaciones previas, se firma el “Tratado de Viena” también conocido como “Paz de Viena”, el cual, puso fin al conflicto europeo conocido como “Guerra de Sucesión Polaca”, donde el entonces rey de Polonia, Stanislaus I renuncia al trono y reconoce a Federico Augusto, duque de Sajonia como el nuevo rey polaco. Este acontecimiento modificó enormemente el mapa político europeo, al grado de equilibrar el poderío entre el Reino de Francia y el Sacro Imperio Romano Germánico, en 1922 fallecía en París, Francia, el bibliotecario, crítico literario, ensayista, escritor, novelista, pensador, poeta y prosista Valentin Louis Georges Eugène Marcel Proust, quien es considerado como una de las mentes más prodigiosas de la época y cuyo legado incluye obras como “Les Plaisirs et les Jours” (Los placeres y los días – 1896) y por supuesto su obra magna conocida como “À la recherche du temps perdu” (En busca del tiempo perdido / 1913-1927) que en realidad son siete tomos distintas de una novela, en 1962 fallecía en Copenhague, Dinamarca, el catedrático, filósofo, físico nuclear y químico Niels Henrik David Böhr quien fue reconocido con el Premio Nobel de Física en 1922 “por sus servicios en la investigación de la estructura de los átomos y de la radiación que emana de ellos».

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