POR: THELMA MORALES GARCÍA
Cuatro aniversarios luctuosos se conmemoran en abril, además del nacimiento del rey poeta Nezahualcóyotl el 28 de abril de 1402 en Texcoco. Un 17 de abril de hace trescientos veintinueve años, falleció entre los muros del Convento de San Jerónimo, Sor Juana Inés de la Cruz, contagiada por la epidemia que hubo en la ciudad de México en 1695; considerada hasta nuestros días una de las mujeres más ilustres nacidas en el Nuevo Mundo, ese mismo día pero de 2014 fallece en la ciudad de México Gabriel García Márquez escritor, novelista, periodista, guionista, editor y cuentista colombiano galardonado en 1982 con el Premio Nobel de Literatura y al que recordamos por su obra “Cien años de soledad”.
El 23 de abril de 1616 fallece en Inglaterra William Shakespeare, dramaturgo y poeta autor de reconocidas obras de gran éxito. Ese mismo día y año muere en España Miguel de Cervantes Saavedra, autor de la famosa y universalmente conocida obra “Don Quijote de la Mancha”. Por ambos fallecimientos la UNESCO estableció esta fecha como Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor en 1995 rindiendo un homenaje universal a los libros y sus autores.
Por ello, prácticamente todo el mes de abril está dedicado a las actividades relacionadas con la literatura, como es el caso del Encuentro Internacional de los Poetas, organizado por Casas del Poeta Asociación Civil y que cumple 27 emisiones que se lleva a cabo en diversos municipios de nuestra entidad.
El Día Mundial del Libro y los Derechos de Autor, muchas instituciones conmemoran la fecha realizando eventos que promueven los libros y por supuesto la lectura. El libro es el mejor amigo que podemos tener, ya que además de enseñarnos, nos permite viajar a diversos mundos y hacer de nuestros sueños una realidad.
El poeta francés Claude Roy en su ensayo “El amante de las Librerías” nos dice: “…si me gusta poder invitar a un libro a seguirme, a compartir mi vida, a pasear conmigo en mi bolsillo, a arrastrarse por mi casa, a viajar, a saber incluso alejarse un poco en su aspecto para permanecer intacto en el corazón en su frescor comunicativo… De modo que con la distancia de los años ya no puedo separar lo que me ha sido transmitido por las personas de lo que me han dado los libros, y ya no sé si he tenido el privilegio de conocer a hombres que me hablaron como buenos libros o de cruzarme con buenos libros que se confiaron a mí como hombres”.
Jorge Luis Borges, nos recuerda que un gran escritor es antes que todo un grande, muy grande, lector. “Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído”.
Es precisamente esta experiencia la que permite comprender que sin lector no habría libros, ni habría educación. “¡De qué me acusan”, dice Sor Juana Inés de la Cruz, en su famosa Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, “si lo único que he querido es saber la verdad de las cosas, y para ello solamente he tenido la pasión por la lectura. Estudiar y más estudiar.”
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