Todos tenemos un precio… ¿o no?

12 DE ABRIL DE 2022 Todos tenemos un precio… ¿o no?

POR: VÍCTOR MANUEL REYES FERRIZ

Durante los últimos meses hemos podido percatarnos sobre todo en las redes sociales de algunos post, comentarios, GIF’s, o cualquier otro medio visual o auditivo que publican nuestros contactos en los que hacen referencia a que no regales tu trabajo, a que si eres emprendedor, empresario, consultor o vendes un producto u ofreces un servicio, que no rebajes el precio con tal de conseguir cerrar “la venta” porque afectas a los demás; en algún momento y por no haber sido capaz de analizarlo a detalle, me parecía una situación sin trascendencia; sin embargo, al ponerle un poco más de atención, ahora aseguro que es una verdad.

Todos estamos en esta vida “vendiendo” algo, no importa el sector en el que nos desarrollemos, de hecho, podemos estar “vendiendo” sin pertenecer a un sector específico, me explico. ¿Alguna vez te has preguntado porque ciertas personas tienen más éxito que otras? ¿Por qué tu compañero de clases que no daba una en las aulas, ahora es un empresario mediana o altamente exitoso? La única conclusión que he llegado a entender es que se supo vender, si, aunque parezca chiste pero todos nos vendemos en todo momento ya sea con nuestra familia, amigos, centro de trabajo, lugares de esparcimiento, incluso en las relaciones de pareja, y por qué digo esto, porque si lo pensamos de una manera muy simple, veremos que en cada acto que realizamos día con día buscamos obtener un beneficio, ya sea hacer bien la tarea para que no nos regañen nuestros padres, cumplir con la encomienda laboral para buscar una promoción o simplemente mantener nuestro empleo, y hasta agradarle a la persona que nos gusta; por lo tanto vendemos nuestra personalidad.

Normalmente cuando decido llegar a leer algo, busco cierto segmento; sin embargo, he podido entender esa tan trillada frase de que todo libro te deja algo y ahora cuando le dedico un momento a algunos textos lo miro con una perspectiva más abierta, no solamente encuadrado en el título o lo que supongo a lo que se referirá sino intentando ejemplificarlo en las situaciones cotidianas de vida, por supuesto esto no aplicará jamás para libros de súper héroes pero por supuesto que también tienen algo que darnos para aprender. Comento esto porque de manera general, no soy tan “fan” si se me permite la expresión de dedicarle mucho tiempo a temas como las “ventas”, pero ¡O que gran sorpresa! me he llevado cuando al estar leyendo estos temas los diriges hacia aspectos de tu vida.

En el libro “Véndele a la mente, no a la gente” de Jürgen Klaric, hace una apología sumamente interesante cuando nos dice “Todos en el mundo deben aprender a vender, porque el que no sabe hacerlo no consigue nada, ni siquiera novia, así de sencillo…”  esto nos indica que en nuestra vida cotidiana minuto tras minuto, hora tras hora, nos encontramos “vendiendo” algo, ya sean productos o servicios si tenemos o trabajamos para una empresa, conocimiento si somos catedráticos, médicos o contadores, o bien, esfuerzo físico si estamos en la rama de la construcción o somos deportistas, empero, la unidad de medida siempre termina siendo la misma, el tiempo, vendemos lo más valioso que tenemos por un sueldo, remuneración, compensación o el adjetivo que queramos utilizar pero esa contraprestación siempre, o al menos en la mayoría de los casos no es pareja, y si a esta ecuación le agregamos el esfuerzo, pues definitivamente estamos perdiendo mucho más.

Dentro de esta misma idea vamos a jugar al prejuicio; empecemos por el título de un libro, si nos “activa” tal y como nos marca la terminología de la neuroventas, podremos darle ese permiso a nuestra mente de al menos, leer la sinopsis y si de churro esa breve descripción nos vuelve a activar entonces existe una pequeña posibilidad de que lo adquiramos; entonces, traspolando esta misma acción a la actividad humana podemos visualizarlo al conocer a alguien, si el perfume o loción que utiliza se “activa” en nuestro cerebro, o si su sonrisa lo hace, entonces existe ese mismo primer permiso para establecer un contacto y si durante el encuentro existen palabras que nos resuenen acabamos de “adquirirlo”.

Existe toda una discusión si la “Programación Neurolingüística” (PNL), es ciencia, arte o pseudociencia, pero lo que no podemos descartar es la efectividad en cuanto desarrollamos algunas de estas técnicas porque una parte fundamental en el proceso de vendernos es dominar nuestra comunicación no verbal. Vender se ha convertido en toda una ciencia porque en un mundo tan globalizado y que cualquier cosa ya es un commodity, tenemos que encontrar ese diferenciador que hará que el “cliente” nos ponga en ese tan ansiado primer lugar de su lista de posibles vendedores, pues en las relaciones humanas es exactamente igual, no con el afán de volvernos “indispensables”, porque ojo, eso jamás será posible y en el supuesto que así fuera, sería absolutamente desagradable, desgastante y hasta aburrido, pero sí necesarios, que cuando piensen en “lo que vendes” la primera opción que les venga a la mente seas , no el producto, servicio o conocimiento, sino que te conviertas en ese medio para alcanzar lo deseado por el “cliente”.

La necesidad de cambio en el ser humano siempre estará presente, debemos ser resilientes y cambiantes para evolucionar y haciendo una comparativa en el tema empresarial, todas éstas, dedican un gran porcentaje de sus esfuerzos a innovar, que es exactamente la misma figura, se persigue el mismo fin y se busca el mismo resultado, en el primer caso agradar y en el segundo vender, de tal suerte que en el fondo, la vida, nuestra vida, se basa en vender, y siguiendo con ejemplos de lo que nos puede dejar cualquier libro, existe otro intitulado “Vendes o vendes: Cómo salirte con la tuya en los negocios y en la vida” de Grant Cardone, que nos muestra un panorama prácticamente igual, así que si se me permite, les recomiendo darles a estos textos una oportunidad para enriquecer un conocimiento que seguramente ya tienen en su cerebro pero tal vez y solo tal vez, se encuentre un poco olvidado.

Retomando la premisa inicial, y a manera de conclusión, definitivamente no podemos o mejor dicho, no debemos, menospreciar nuestro trabajo, no solo por que afectemos a los precios que se encuentren en el mercado, o que algunos compañeros del sector tengan que ajustarse, sino porque en realidad lo que estamos haciendo es darle un menor costo a nuestra propia personalidad, a nuestro tiempo, nuestra dedicación y si de por si el significado del dinero es lo más subjetivo que existe, no habría posibilidad alguna de valuar correctamente lo que una persona tiene que ofrecer.

DATO CULTURAL.

Un día como hoy en 1633, en Roma, Italia, en la sala del convento dominico de Santa María, la congregación del Santo Oficio comienza un juicio de herejía contra el astrónomo y físico Galileo Galilei, quien al negarse a aceptar la teoría geocéntrica y por el contrario, hablar y publicar su teoría heliocéntrica, tuvo que enfrentar a las cúpulas católicas incluyendo al papa Urbano VIII; en 1961, en Baikonur, Kazajistán, el astronauta, aviador y militar soviético Yuri Alekséyevich Gagarin fue lanzado al espacio a bordo de la nave Vostok 1, convirtiéndose en el primer ser humano en viajar al espacio; en 2014, en Washington D.C., Estados Unidos, en la sede de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) del Banco Mundial, es admitido como Estado Miembro a Rumania.

Espero tus comentarios en el correo vmrf@aperturaintelectual.com y recuerda qué en este espacio, las críticas no son bienvenidas, SON NECESARIAS.

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