
Por: Rodolfo Munguía Álvarez
¿A usted no le ha pasado, cinéfilo lector, encontrarse frente a su pantalla con la disyuntiva de ver o no, alguna película que no sea mexicana o estadounidense? Ésta es una de las preguntas que miles de personas se hacen cada semana cuando están buscando algo de entretenimiento principalmente en alguna plataforma de streaming. Hollywood nos ofrece una primera opción, pero también encontramos algunas películas mexicanas dentro de la oferta. Aunque a veces aburren las películas de siempre, para fortuna de muchos, existen otras formas de escribir y hacer cine que, gracias al internet, están ahora a nuestro alcance y ya no solo en las cinetecas de nuestro país. En las últimas dos emisiones de la entrega de premios de la Academia, han ganado el Oscar a la mejor película extranjera dos obras de las que hoy le quiero hablar. En abril de 2021 ganó la danesa: “Otra ronda” y, en marzo de este 2022 la película japonesa: “Drive My Car”. Pero lejos de hacernos sentir intelectuales ¿valen la pena? Sí. En el caso de la película “Druk”, “Otra ronda” o “Another round” como fue titulada en inglés, nos encontramos una divertida historia cuya primicia se basa en unos profesores de escolares que deciden comprobar una teoría que señala que al ser humano le hace falta un 0.05% de alcohol en la sangre para poder desarrollar con más felicidad todas sus capacidades. No le cuento más, pero imagínese qué pasa cuando deciden comprobar esta teoría bebiendo dentro y fuera del trabajo, para después, llevar este experimento científico un paso más allá: en verdad no se la puede perder y está disponible en la plataforma Netflix. La otra película no podría ser calificada como “divertida”, pero es un drama que nos muestra las vicisitudes de un actor que descubre con sus propios ojos cuando su esposa guionista y ex actriz, le es infiel. Si usted como yo admira la cultura japonesa por su respeto, trabajo, eficiencia, arte estético y la forma de ver la vida, seguramente la encontrará sumamente reveladora. “Otra ronda” es una película que podrá ver en familia, preferentemente si sus hijos tienen 15 años o más. Pero “Drive My Car” le recomiendo que la vea solo, con personas adultas o jóvenes de amplio criterio porque incluye, en los primeros minutos, algunas escenas picosas que bien podrían sonrojar al más liberal de los padres de familia. Ésta la podrá ver en MUBI, plataforma ampliamente recomendable sobre todo si usted es partidario del cine inteligente, conmovedor, diferente y está cansado de las tradicionales películas de Hollywood o de los estudios Churubusco. Y en otro orden de ideas, esto me recuerda que Armando Jiménez, en su libro: “Picardía Mexicana” sostiene que a un hombre con el rostro cacarizo por la viruela, que controlaba el cuarto de proyección del cine Universal en la colonia San Rafael, le gritaban “¡cácaro!” para reclamarle cuando la proyección de la película tenía alguna falla; aunque hay otras versiones que dicen que fue el apodo del Sr. Rafael González, responsable de la correcta proyección de las películas en la carpa Cosmopolita en Guadalajara, Jalisco, también con secuelas de viruela en el rostro, a quien le gritaban “¡cácaro!” por las mismas razones, en 1911. Pero, si usted conoce algún otro origen de la palabra “cácaro”, compártamelo con Apertura Intelectual en mi correo electrónico: lector.frecuente@gmail.com en donde también podrá platicarme quién es el cácaro en su hogar. Esta columna está dedicada esta semana con toda mi admiración, al cinéfilo más talentoso que conozco: Rodi Mun a quien podrán seguir en TikTok como: rodimun ¡échele un ojo a su trabajo!
¡A votre santé, monsieur!
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«What a life, what a night
What a beautiful, beautiful ride”
¡Me encantó! 😍🍿
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