
Por: Rodolfo Munguía Álvarez
¿A usted no le ha pasado, mágico lector, que de pronto le llega una idea a la cabeza y siente la imperiosa necesidad de escribirla para evitar que se le olvide, pero al no hacerlo esa idea se pierde para siempre? Seguramente eso me ha pasado no una, sino cientos de veces. Pero no es de mí de quien quiero hablarle sino de una de las escritoras más importantes que existen hoy en día: Joanne Rowling o, mejor conocida como J.K. Rowling. La vida de esta extraordinaria mujer ―o la extraordinaria vida de esta mujer― inició como la de cualquier otra, con grandes sueños y deseos de ser alguien en la vida, aderezado con múltiples dificultades y problemas que presionan para impedir lograrlo. Solo que esta mujer, nacida el 31 de julio en 1965, es actualmente una de las mujeres más reconocidas y ricas del mundo gracias a su propio trabajo, además de una importante filántropa que apoya diversas instituciones de caridad, principalmente en el Reino Unido. Existen muchas leyendas sobre cómo se le ocurrió la idea de su obra: Harry Potter. La más popular y aceptada por la propia autora, narra cuando en alguna ocasión mágicamente se le ocurrió escribir la historia de un niño huérfano, que vivía en un contexto de desesperanza, sin saber que pronto el destino le haría descubrir que es un importante mago, cualidad que heredó ¡de sus padres! Esta humilde idea le motivó a escribir de inmediato y pronto fueron llegando a su mente distintos personajes y situaciones, con las que tejió una de las más extraordinarias sagas en la literatura contemporánea, cuya historia gira ―a decir de Rowling― alrededor del tema de la muerte ―obviamente yo creo que no, y que esta historia gira alrededor de un héroe “Harry” y las aventuras que vive al pasar de niño a adolescente, con la suficiente tensión romántica, para tener a sus lectores en vela―. Debido al éxito que ha tenido con su pluma, sé que no es necesario contarles más sobre la trama de estos libros, más bien quisiera centrarme en la mujer, la autora, que pese a su complicada situación personal tuvo una gran idea y la materializó, hecho que motivó a que grabáramos su nombre con letras de oro en la historia de la humanidad. A mí me consta, de cuando tuve librerías, que había filas de niños y jóvenes esperando que abrieran para adquirir “el nuevo libro” de esta fantástica saga. Si me lo pregunta, lector querido, es justo ese el gran valor que tiene: haber introducido a la literatura a más de 500 millones de fans que aseguran haber comprado sus libros, en algún idioma alrededor del mundo; y eso, se lo tiene que reconocer la Historia. Aún recuerdo cuando algunos de estos maravillosos niños regresaban una semana después a ver si ya había salido un nuevo libro de Harry Potter ―evidentemente imposible― y mientras eso ocurría, en mi papel de librero les recomendaba algún otro título que tuviera que ver con sus intereses, después de preguntarles qué era lo que más les había gustado de Harry Potter. Si su respuesta era “la aventura”, le recomendaba, por ejemplo, un libro de Alejandro Dumas; si su respuesta era la magia, le recomendaba algún libro de Merlín y los caballeros de la mesa redonda… lo importante era aprovechar el momentum y todo gracias al trabajo e ingenio de esta gran escritora. Si usted ya leyó estos libros, por favor platíqueme con Apertura Intelectual en mi correo electrónico: lector.frecuente@gmail.com qué piensa de ellos y si aún no lo ha hecho, nunca es tarde para comenzar, porque sé de muchos padres que comenzaron a leérsela a sus hijos y ahora son ellos más fans de esta saga que sus ya ahora grandes chilpayates. Esta columna está dedicada, con mucho amor, a la fanática #1 de Harry Potter, mi amada Andy Mun.
¡A votre santé, monsieur!
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Nunca he leído a Harry Poter pero he visto algunas de sus películas, creo que sería interesante leer alguno de sus libros
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