Por: Luis Roberto Peralta Hernández
En diversas ocasiones dentro del presente espacio, he tenido la oportunidad de compartir con ustedes estimados lectores, algunas reflexiones acerca de los Derechos Humanos en ellas, he podido abordar tópicos tales como su naturaleza, evolución características entre otras y que, dada la relevancia de éste importante tema, la presente colaboración seguramente, no será la última que tenga algo que exponerles en materia de derechos fundamentales, además de que, si no han tenido la oportunidad de leerlos los invito a que las localicen en éste espacio digital.
Sin embargo y agradeciendo como siempre la posibilidad que me han dado de expresar mi opinión en éste espacio, en la presente quisiera abordar el tema de una manera diferente ya que, una vez más considero que de parte de las autoridades, en éste caso del Ejecutivo Federal, el desconocimiento de la trascendencia de los Derechos Humanos permea de manera negativa en la apreciación de éstos, en el colectivo social.
Apenas en octubre de 2021, el Titular del Ejecutivo Federal de nuestro país emitió una serie de declaraciones en las que aseguraba entre otras cuestiones relacionadas con éste tema que, los nuevos derechos y la defensa de los derechos humanos son producto del neoliberalismo, siendo los conservadores neoliberales quienes les dieron auge para poder “saquear y crear desigualdades sociales”, entre ellos el feminismo, el trato ético a los animales, temas de ecología y de sustentabilidad.
Como ya se ha mencionado en múltiples oportunidades dentro del presente espacio, el reconocimiento de los Derechos Humanos va más allá de la voluntad del Estado y de las autoridades que lo representan, es decir, que manifestar que la amplitud de los derechos básicos y fundamentales de los que todo ser humano debe gozar para el desarrollo digno de su personalidad, debe estar por encima de cualquier voluntad política, económica o discurso demagógico, siendo en éste caso, obligación del Estado mexicano así como de todas y cada una de las autoridades, su protección y tutela, tal como lo sostiene la Constitución Federal acorde con los compromisos que se han asumido en el ámbito internacional por parte de nuestro país relacionados con el respeto de cada uno de ellos.
En días pasados, el Presidente de la República se vio envuelto en una nueva polémica, esta vez haciendo referencia a unos videos en los se aseguraba que miembros de la delincuencia organizada habían perseguido a elementos del ejército; en su conferencia matutina, aseguró que parte de su política implica el defender los derechos tanto de la sociedad civil como de los delincuentes, ya que también son seres humanos y también tienen Derechos Humanos.
Si bien la declaración antes referida en esencia, es acorde con lo que establece la Constitución, ha levantado polémica derivada de la interpretación que se puede dar a la misma, polarizando una vez más a la sociedad. Siendo tema de conversación en distintas mesas de diálogo con especialistas de distintas materias en foros tanto públicos como privados.
De manera personal, he tenido la oportunidad de leer y escuchar comentarios de personas que ven a la figura de los Derechos Humanos como los responsables de que el día de hoy, el Estado mexicano no esté en aptitudes de hacer frente a la delincuencia, situación en la cual no estoy de acuerdo y con gusto me explico:
¿Quiénes de nosotros estimados lectores, no hemos escuchado o conversado con alguien que refiere que los Derechos Humanos están o parecieran estar en favor de quien cometió el delito y no de quienes lo sufrieron, que cuidan más del delincuente que de la víctima del acto ilícito?
Pues bien, mi respuesta siempre ha sido la misma y ahora la comparto con ustedes esperando su reflexión:
La tarea de la seguridad pública es responsabilidad total del gobierno en sus distintos órdenes de su competencia. Dentro de los Tratados Internacionales en materia de Derechos Humanos, en la propia Constitución Federal y las leyes que de ella emanan, se establecen los requisitos que ha tomar en cuenta la autoridad para que las actuaciones que realice dentro del ejercicio de sus funciones estén dentro de un marco normativo y por ende acorde con los Derechos Humanos.
Así por ejemplo, tiene razón el Presidente al referir que los delincuentes al igual que todos y cada uno de los ciudadanos contamos con una serie de derechos, los cuales se hallan vinculados con deberes, obligaciones y responsabilidades, los cuales como miembros de una colectividad, que vivimos dentro de un estado delimitado por la ley debemos de gozar y que tendremos que observar. Así como los particulares en nuestra condición de gobernados, la autoridad deberá hacer lo propio y como ente rector, cumplir y hacer cumplir con la ley.
Por lo tanto es menester hacer énfasis en que, el Estado mexicano y sus autoridades en cada uno de sus ámbitos de competencia y en el ejercicio de sus funciones debe velar por el respeto de los derechos humanos de los gobernados, pero además, saber que tiene que realizar las actividades que les corresponden, entre ellas por ejemplo, dadas las condiciones de exigibilidad, restringir legalmente en el goce de un derecho humano a quien lo amerite siempre y cuando se cumpla con los requisitos y las condiciones que las leyes correspondientes le determinen, siendo caso contrario una las características de la ingobernabilidad o lo que los estudiosos de la ciencia política denominan como el estado fallido.
Es decir, que la autoridad no puede o no debería pretextar el estricto respeto a los Derechos Humanos para dejar de hacer lo que le corresponde, es ahí donde a mi entender, el discurso se desvía, y es lo que comento con algunas personas como lo he referido en párrafos anteriores; la culpa, no es de la existencia de los Derechos Humanos, ellos estuvieron, están y estarán mientras exista la raza humana en el planeta, tampoco es culpa de las Comisiones de Derechos Humanos o de los organismos que existan para su tutela, los derechos fundamentales están para garantizar que el Estado y sus autoridades cumplan en cada una de sus actuaciones, con los requisitos de legalidad, que no exista autoritarismo en sus determinaciones o procesos de aplicación de la ley.
Por lo tanto, es importante recalcar, que la reflexión en éste espacio para usted estimado lector, debe partir de la premisa de que no se está promoviendo que a los delincuentes se les deben violar sus derechos humanos, o que no deberían considerárseles como titulares de ellos, sino que reconozcamos que el Estado debe velar por la tutela de esos derechos fundamentales para TODOS independientemente de las actividades que realicemos, pero no por ello estaría excusado de no hacer que se cumplan con todas las responsabilidades que se establecen en las leyes como parte de sus obligaciones y responsabilidades
Como comenté al principio de la presente aportación, la lectura entrelíneas que se puede dar de las declaraciones del Ejecutivo Federal en los dos momentos descritos podrían ser interpretados de diferentes formas, el objetivo que persiguió con ellos solo él los conoce, lo importante como sociedad es tengamos una actitud crítica con respecto a la forma en que lo hizo y las condiciones de vida y de seguridad a las que como sociedad nos enfrentamos, buscando identificar qué es lo que hace o está dejando de hacer nuestro gobierno, así como el porqué.
Como pudimos apreciar, si bien el tema abordado una vez más dentro del presente espacio es relacionado con los Derechos Humanos de manera muy general, también vemos cómo el desconocimiento básico de ellos puede tergiversar la noción que se tiene de ellos y en consecuencia denostar su relevancia en la vida del hombre.
“La gobernabilidad del país no puede depender de grupos a los que el país no les importa.”
Fernando Savater
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