Por: Luis Roberto Peralta Hernández
El 12 de julio se celebra en nuestro país el día del Abogado, esta importante conmemoración, para los que decidimos dedicarnos al estudio del área jurídica, fue implementada a partir del decreto del Presidente Adolfo López Mateos proclamado en el año de 1960. En el ámbito internacional de manera general, se ha adoptado el día 3 de febrero para reconocer esta profesión, sin embargo, de manera interna, cada país ha determinado una fecha para la celebración local, pero ¿por qué en México se determinó el 12 de Julio?
La abogacía podríamos considerarla una profesión o quizás una actividad que surge a la par de la sociedad humana por la necesidad de la resolución de conflictos, además del deber moral y racional de la defensa de ciertos “derechos” que como especie se fueron reconociendo tanto de manera tácita como expresa, sin embargo, no existen como tal un registro de ello sino hasta la aparición de la cultura sumeria con el ya mencionado, en múltiples ocasiones en éste espacio, Código de Hammurabi.
Un poco más adelante, dentro de la cultura griega es cuando se dice que se profesionalizó a la abogacía. En las leyes de Solón, se obligaban a quienes estuvieran ante la presencia de un juzgador, de contar con el apoyo o asistencia de un amigo o algún pariente para formular sus alegatos. Posteriormente, surgieron personas dentro de esta cultura que se dedicaban a vender “los discursos” que utilizarían las partes ante la presencia de los jueces, entre ellos el ilustre ateniense, Pericles quien es considerado como uno de los primeros abogado de la historia.
La palabra abogado proviene del latín advocatus y que a su vez deriva de advocatus en auxilium¸ que significa el que es llamado para ayudar. Como se puede apreciar, desde sus orígenes, la importante y noble labor del abogado es buscar ayudar representando los intereses y derechos de un tercero para que, a través de participación activa dentro o fuera de un proceso se tenga la oportunidad de lograr la justicia y encaminar la conducta del hombre hacia el bien común.
Volviendo al tema que no reúne dentro del presente espacio, se estableció como fecha el 12 de julio en virtud de que posterior a la conquista de los territorios mesoamericanos del centro y estableciéndose la Nueva España, en la época denominada de la Colonia, se comenzó un proceso de instauración de muchas figuras jurídicas y sociales en el nuevo reino, dentro de ellas, las primeras escuelas y universidades. En 1536, Fray Juan de Zumárraga fue de los pioneros en buscar instaurar instituciones educativas de la Nueva España, más adelante el Virrey Antonio de Mendoza solicitó algo similar, consiguiendo respuesta favorable de la Corona Española en 1547.
El 21 de Septiembre de 1551 se expidió la Cédula Real por la que se creó la Real y Pontificia Universidad de México aperturándose el 25 de Enero de 1553 y fue cuando, precisamente el día 12 de Julio de ese 1553 Fray Bartolomé Frías y Albornoz dio lectura a la denominada PRIMA LEYES o PRIMA DE LEYES, considerándose ésta, como la primera cátedra que en materia de Derecho se dio en nuestro país.
En la actualidad, en nuestro país, la figura del abogado ha sido constantemente denostada, siendo objeto de innumerables burlas y chistes sobre nuestro actuar que si bien, muchos colegas han realizado actos carentes de ética, compromiso y vocación, también es cierto que en el ejercicio de la profesión, la gente busca lo barato más no siempre lo mejor, lo más fácil y rápido y no siempre lo correcto, como en todo habemos de todo. Cuando he tenido la oportunidad de compartir cátedra con alumnos de la Licenciatura en Derecho, constantemente le pido hagan la siguiente reflexión:
Cuando una persona se siente mal físicamente, acude con el médico, el primeramente hace un análisis de lo que le aqueja al paciente, de ser necesarios, ordena la realización de análisis para tener certeza sobre el tratamiento, posteriormente da el diagnóstico y el tratamiento a seguir, en todas y cada una de éstas etapas, el paciente realiza al pie de la letra cada proceso, realiza los pagos necesarios para recobrar la salud. En el caso de la abogacía pasa o debería de pasar lo mismo, el cliente llega con el especialista para mencionarle su problema, el abogado analiza lo conducente, solicita elementos que, como medio de prueba le van a servir para el proceso, establece la estrategia a seguir, sin embargo, cada paso o etapa es cuestionada por el cliente, quien además reflexiona si le conviene o no hacerlo o si debe o no hacerlo aunado, a que no hace el pago correspondiente por el servicio que se presta.
La abogacía es una profesión hermosa pero sumamente difícil de ejecutar, espero poder contribuir con ésta colaboración que de manera semanal con mucho gusto realizo para que, usted estimado lector, me ayude con su reflexión, ya que al igual que como mencioné comparativamente con la ciencia médica, realizar las actividades con la guía de un abogado y conociendo de leyes es similar a llevar una dieta balanceada y ejercicio para la prevención de enfermedades.
Un fuerte abrazo para todos aquellos que compartimos el gusto por la ciencia jurídica.
“La abogacía es una profesión altruista, cuando se resuelve un problema, no solamente se está prestando un servicio, se está mejorando la vida de otro ser humano”
Autor desconocido
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