¿Y tú de qué te acuerdas?

POR: THELMA MORALES GARCÍA

Me acuerdo cómo me sentí cuando inició el confinamiento por COVID, con mucha intranquilidad y angustia, porque en toda mi vida nunca me había planteado un escenario como el que se nos presentó en 2020. Parecía algo irreal, un escenario sacado de lo que veíamos en las películas de ciencia ficción.

Como a la mayoría de las personas me tomó desprevenida, conforme pasaban los días esa realidad se volvió trágica, cuando me enteré del fallecimiento de una compañera de trabajo con la que conviví casi a diario durante 18 años. En ocasiones no valoramos lo que tenemos y cuando lo perdemos, añoramos el tiempo en que estuvimos conviviendo. Lo mismo sucede con nuestra salud, no nos preocupamos hasta que nos llega alguna enfermedad y entonces añoramos los días en que estábamos sin dolor físico o mental.

Recuerdo un cuento que leí hace años del escritor italiano Italo Svevo donde el protagonista reflexionaba sobre las cosas simples y cotidianas que hacemos todos los días y que nunca nos detenemos a analizarlas y sentir cuán necesarias son, sólo cuando llegan a faltarnos se vuelven indispensables e importantes para nuestra propia vida: “La vida misma está diluida y ofuscada por demasiadas cosas, que nunca se mencionan en su descripción. No se habla ahí de la respiración hasta que ésta se vuelve jadeo; tampoco se habla de las vacaciones, de las comidas y del sueño, hasta que todo esto llega a faltar por un periodo trágico. En la realidad ocurren, con la regularidad del péndulo, junto a tantas otras actividades, y ocupan, imperiosas, una parte tan grande de nuestra jornada, que no queda tiempo para llorar o reír en exceso. Por tal motivo, se elimina gran parte en la descripción de la vida, todo aquello que todos saben y soslayan, y que puede resultar más intenso que la vida misma.”

La realidad que hoy estamos viviendo te enseña a disfrutar de una buena comida, del tiempo que nunca tuviste porque lo dedicabas a vivir de prisa, sin detenerte. Si tienes la fortuna de vivir con tu persona favorita o el amor de tu vida, o te acompañan los libros que no habías leído por falta de tiempo, de ordenar tu archivo personal, si no vas a ningún lado y aún así te sientes feliz: porque las cuatro paredes que forman tu hogar hoy son tu universo, y piensas, que tampoco habías disfrutado de estar en este espacio porque sólo llegabas a dormir.

La pandemia nos hizo reflexionar sobre el valor de la vida en sí misma y parece que conforme volvemos a la normalidad y pasan los meses, en México se vive para trabajar y el estrés fundamentalmente es provocado por la angustia de las deudas adquiridas y los pagos a las tarjetas de crédito.

Parece difícil de pensar en que podemos adquirir las cosas de contado y no a crédito, en lo personal procuro en la medida de lo posible evitar las deudas, pero no siempre se logra, me gustaría pensar como Facundo Cabral (1937-2011) quien decía que: “Me gusta salir a mirar aparadores para darme cuenta de las cosas que no necesito”, eso suena de maravilla y deberíamos imitarlo, pero las mujeres pocas veces lo logramos.

Con el tiempo olvidamos lo que sucede en un año en específico, pero sin duda recordaremos lo vivido en la pandemia,  si bien pensaremos en todo lo que perdimos, también lo haremos por lo que ganamos, porque la humanidad recuperó algo de su capacidad de comprensión y afecto por el mundo mismo.

Hoy sólo pienso en el presente, en atesorar cada momento que paso conmigo misma, en reflexionar sobre lo valioso que es vivir la vida, y esperar que el amanecer me reciba con un día soleado y con la alegría de reencontrarme con mis afectos más cercanos.

Espero sus comentarios en el correo lamyfriend@aperturaintelectual.com

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Un comentario en “¿Y tú de qué te acuerdas?

  1. En efecto, la pandemia nos enseñó a muchos a estar con nosotros mismos y aprendimos a vivir en soledad, cosa que a mucha gente le asustaba pero desgraciadamente también destruyó hogares por tanta convivencia diaria a la que no estaban acostumbrados los matrimonios. Creo que a todos nos dejó mucho aprendizaje este encierro, realmente nos puso muchas pruebas.

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