¿Qué es la corrupción?

Por: Luis Roberto Peralta Hernández

La corrupción es un mal social que aqueja a la mayoría, por no decir a todas las sociedades en mayor o menor medida. Siendo desde luego un tema por demás recurrente en nuestro país.

A lo largo de la historia de la nación mexicana, siempre ha sido tema que se aborda en cada una de las elecciones y se convierte en tema de discusión por parte de los candidatos. Del mismo modo incluso los niños o los más jóvenes de nuestra sociedad, tristemente, han hecho parte de nuestro vocabulario común la palabra corrupción, la cual sirvió y ha sido estandarte de la actual administración federal.

El objetivo de la presente colaboración no es culpar como diariamente lo realiza el Presidente de la República desde su conferencia matutina, si los de antes eran corruptos o no; tampoco analizar si el actual gobierno lo ha terminado que tan arraigado flagelo como lo prometió al igual que muchas aspiraciones de las cuales ha quedado a deber o por lo menos es al día de hoy una asignatura pendiente.

Sin embargo, aún y cuando la mayoría de la sociedad tiene la idea de actos o circunstancias en que se presenta éste delito, quizá no sabemos en qué consiste, que lo constituye o si bien, es un delito o conjunto de ellos, siendo ello, lo que llevó a quien les escribe a analizar un poco de este mal social, como siempre desde la perspectiva eminentemente jurídica.

La palabra corrupción proviene del vocablo latín corruptio que a su vez se compone de junto, rumpere y el sufijo io que significa acción o efecto de..; por lo que podríamos definirlo etimológicamente como la acción o efecto de romper o de quebrarse algo.

Desde el punto de vista gramatical, la palabra corrupción según la Real Academia de la Lengua Española: En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización indebida o ilícita de las funciones de aquellas en provecho de sus gestores.

La doctrina trata de delimitar a la corrupción como el uso contrario a la ley por parte de las autoridades que constituyen el poder público para el beneficio de un fin privado, el cual, puede ser para el servidor público, algún particular o lo que regularmente ocurre para ambos, en cualquier orden de gobierno y en cualquier nivel jerárquico dentro de éstos.

La historia narra como unos de los primeros casos de corrupción registrados los sucedidos en la antigua Sumeria en la que quedó el registro de un docente que al haber castigado a un estudiante con castigo corporal por llegar tarde, éste le informa la situación a sus padres quienes invitan a comer al profesor, compartiéndole sus mejores vinos, le regalan un anillo de oro y a partir de ahí la relación cambia entre profesor y alumno.

Más adelante, hay vestigios de ciertos desvíos de cebada que daba el faraón Ramsés III a quienes supervisaban la construcción de las pirámides y que, los encargados de la misma racionaban de manera irregular para vender una parte de ella y obtener ganancias. Del mismo modo había quienes permitían a saqueadores de las tumbas ingresar a cambio de compartir los tesoros obtenidos.

Estudiosos de la materia consideran que dentro de la propia Biblia se pueden encontrar testimonios de prácticas de corrupción mencionando entre ellas, el consumo de la fruta del árbol prohibido que Eva le dio a Adán para tener acceso al conocimiento del bien y del mal. Del mismo modo las treinta monedas de plata que recibió Judas a cambio de entregar a su maestro.

En la Grecia clásica por ejemplo Platón y Aristóteles calificaban a los gobernantes de buenos o malos, justos o injustos a partir de analizar si sus acciones de gobierno generaban beneficios para la sociedad o solamente eran para beneficio propio.

En Roma, para poder acceder a un puesto público era necesarios contar con la recomendación de patrono o alguien que tuviera un cargo con poder dentro de la estructura de gobierno, esa recomendación era expedida a cambio de bienes, monedas o con favores que se le hacían al momento de entrar al ejercicio de la función pública.

En nuestro país, se dice que muchos de nuestros antepasados, investigaban firmemente los actos de corrupción, dentro de los cuales de ser encontrado culpable en un juicio público, el responsable era despojado de sus bienes y desterrado para siempre de las ciudades. Más adelante, a la llegada de los españoles ya existen hondas huellas de actos de corrupción.

Dentro de las primeras etapas de la conquista Hernán Cortés, llegó a determinados acuerdos en que recibiría cantidades importantes de oro y piedras preciosas, que por supuesto no llegaron a las arcas de la corona española, a cambio de cierta protección o “respeto” por esos pueblos que solo eran de paso para los conquistadores.

Una vez implementada la época de la colonia, se dice que el Primer Virrey de la Nueva España Antonio de Mendoza fue acusado de recibir dádivas y algunos otros obsequios a cambio de otorgar mayores extensiones de tierras, disminuir el cobro de impuestos así como quedarse con gran parte de los recursos que enviaba el rey Carlos V para el pago de salarios por alrededor de 19 años.

Como podemos apreciar, las actividades que han constituido actos de corrupción a lo largo de la historia de la humanidad, nos dan una clara muestra que si bien por un lado, tenemos la oportunidad de conceptualizar y entender cuáles son las conductas que podrían considerarse como corruptas, siguen siendo muy amplio el espacio en que éstas se pueden presentar, es decir, todos podríamos saber cómo son, pero ¿Cuáles son?

Pues bien, como ya ha sido descrito en anteriores colaboraciones dentro del presente espacio, dentro del sistema jurídico mexicanos encontramos una legislación penal, en la cual se encuentra el catálogo de conductas que han sido designadas por las autoridades como delictivas y que por ende harán acreedor o acreedores a un castigo a todos aquellos que las cometan.

Ahora en éste sentido, el Código Penal Federal cuenta con un apartado específico que se denomina Título Décimo: Delitos por hecho de corrupción. Dentro de este apartado se señala que, además de las sanciones a las que se harán acreedores quienes las comentan se impondrán la de destitución y la inhabilitación para desempeñar empleo, cargo o comisión públicos, así como para participar en adquisiciones, arrendamientos, servicios u obras públicas, concesiones de prestación de servicio público o de explotación, aprovechamiento y uso de bienes de dominio de la Federación por un plazo de uno a veinte años.

Los delitos que se contemplan como hechos de corrupción: Ejercicio ilícito de servicio público, Abuso de autoridad, Coalición de servidores públicos, Uso ilícito de atribución de facultades, Del pago y recibo indebido de remuneraciones de los servidores públicos, Concusión, Intimidación, Ejercicio Abusivo de funciones, Tráfico de Influencia, Cohecho, Peculado y Enriquecimiento ilícito. Los cuales de ser posible, más adelante se especificarán en otra oportunidad, en este espacio.

Si bien, no podemos considerar que la corrupción está íntimamente ligada a la mexicanidad como muchos lo aseguran, puesto que ya hemos visto que un problema de carácter mundial y prácticamente presente en cada una de las sociedades que han existido en la historia de la humanidad, si es importante mencionar que de acuerdo con la ONG Transparencia Internacional que utiliza diversos criterios para determinar la percepción de corrupción ubica a nuestro país con 31 de 100, donde 0 es considerado como muy corrupto y 100 como muy limpio, siendo por ejemplo Dinamarca el que país que cuenta con el mejor puntaje tiene con 90 puntos en 2022. Ubicándonos en el lugar 126 de 180. Uruguay es el mejor calificado en América Latina en lugar 14 con 74 puntos, seguido por Chile en el lugar 27 con 67.

Como pudimos advertir y haciendo énfasis en que cada colaboración realizada por su servidor, hablar de temas tales como el abordado el presente espacio no es, o bien debe ser, analizados únicamente como una labor del gobierno, ni tampoco podemos considerarla solamente en aquellos casos en que se habla de miles o millones de pesos. El combate a la corrupción es una labor de todos, es una cuestión de educación, principios y valores de la sociedad y que no puede ser adjudicada sólo de falta de oportunidades o de servicios.

La corrupción constituye un freno al libre ejercicio de los derechos de los individuos dentro de la sociedad así como la calidad de los servicios que se reciben por parte del Estado pero también supone un freno al desarrollo económico de los países.

Cada uno, dentro de nuestras actividades diarias, aun y cuando no pertenezcamos a la burocracia somos susceptibles a la práctica de la corrupción, si no somos parte de la solución somos parte del problema.

            “El poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente.”

Lord John Emerich Edward Dalberg-Acton

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