¿Conocemos el mar? Se lo debemos a Jacques-Yves Cousteau

11 DE JUNIO DE 2024 ¿Conocemos el mar? Se lo debemos a Jacques-Yves Cousteau

POR: VÍCTOR MANUEL REYES FERRIZ

El mar en nuestra cultura es un sinónimo del ambientalista, biólogo, cineasta, conservacionista, escritor, explorador marino, fotógrafo, guionista, inventor, oceanógrafo, oficial de la marina y zoólogo francés Jacques-Yves Cousteau y es que, gracias a él, hemos podido conocer de cerca lo que las profundidades del mar tienen para sorprendernos y cuyo trabajo desde temprana edad nos regaló una vista detallada de las grandes una de las maravillas de nuestro planeta y por eso hoy recordamos que hace 114 años nació un ser humano preocupado y ocupado por la vida de nuestros mares.

Jacques-Yves Cousteau nació en Saint-André-de-Cubzac que no era zona limítrofe con el océano, aunque pertenecía a la desaparecida región francesa de Aquitania que si contaba con costas, empero, no fue la nación gala la que le desarrollara esa pasión por el agua sino que entre sus 10 y 13 años, su familia tuvo que mudarse a los Estados Unidos y fue ahí precisamente donde la natación se convirtió en el deporte que definiría esta historia de vida; sin embargo, la pasión por el mar se permeó en su ser al regresar a su patria, donde de hecho, existía un reconocido explorador marino llamado Jean-Baptiste Charcot.

El regalo de cumpleaños de su padre cuando cumplió los trece años de edad fue una cámara de video que, a palabras del propio explorador, era bastante sencilla pero que llevaba a todos lados y durante los siguientes años se convertiría en su fiel acompañante pero su pasión por el mar lo llevó a ingresar a la Escuela Naval de Brest de donde se graduó como oficial de artillería y fue ahí donde sus planes de convertirse en piloto naval tuvieron un cambio sustancial ya que, sufrió un accidente bastante grave en el que se rompió ambos brazos e incluso estuvo a punto de perder la vida y por ese motivo los doctores le recomendaron evitar deportes de contacto y sobre todo rehabilitarse haciendo natación, situación que coincidía con otro diagnóstico realizado en la infancia porque de niño contaba con una salud frágil. Tiempo después de su recuperación, a sus 26 años, conoció a Philippe Tailliez, quien no sólo se convirtió en colega de vida, sino que le proporcionó su primer visor, que en realidad eran unas gafas antecesoras de las actuales que le permitieron observar la vida subacuática y quedó fascinado.

Durante al menos cuatro años este par de ambiciosos exploradores trabajaron codo a codo, hasta que en la década de los 40’s la marina francesa quiso aprovechar los conocimientos de buceo de Jacques y organizó una exploración en el Mar Mediterráneo con la finalidad de encontrar un barco romano que había naufragado cerca del siglo I a.C. en las costas de la península de cabo África frente a la población tunecina de Mahdia, lo que hizo de esta búsqueda se convirtiera en la primera expedición arqueológica subacuática en la historia en utilizar herramientas y accesorios autónomos para la inmersión, que por cierto habían sido diseñados tanto por el propio Cousteau de manera conjunta con Émile Gagnan y entre estos aparatos de inmersión destacó uno en particular al que llamaron “Acqua Lung” (pulmón acuático) que fue el primer aparato de respiración subacuática de circuito abierto.

Una década después llegaría un momento trascendental en la vida del ya renombrado Jacques Cousteau, cuando en el puerto maltés de “La Valeta” encontraría a su perenne compañero de aventuras al que bautizó como “Calypso” (en referencia a la ninfa griega del mar) citada en “La Odisea” de Homero, un antiguo dragaminas hundido en Singapur y que fue remolcado hasta Marsella, lo restauró hasta dejarlo impecable y convertirlo en el buque oceanográfico más reconocido en la faz de la tierra. Ya a bordo de esta nave, su primera aventura los llevó al estudio de los corales rojos en un archipiélago del mar rojo.

Los años continuaron pasando y entre la producción de libros, cuyo primer título fue “Le Monde du silenc” (El mundo del silencio – 1953); que dicho sea de paso, este título lo utilizó para un segundo libro, un documental y tres años después también fue presentada como película; y series televisivas, llegó el año de 1966 que sería el inicio de una fama que subía como la espuma y es que, durante 21 años la televisión fue partícipe de la divulgación científica de este gran personaje en la serie “The Undersea World of Jacques Cousteau” (El mundo submarino de Jaques Cousteau) que se transmitió en casi todo el planeta y que nos mostraba en cada episodio un tema diferente yendo desde los ataques de tiburón pasando por la vida salvaje del mundo del coral, hasta los dragones de las Galápagos, es decir, recorrió hasta el último rincón de nuestra tierra buscando, investigando, estudiando, comprendiendo y amando a las especies marinas de este hermoso mundo.

El legado de este hombre no queda únicamente en palabras o imágenes ya que su trabajo escaló a cimas como la discusión y creación del “Tratado Antártico”, el cual, en su artículo número 1 deja claro que esta zona se utilizará para fines pacíficos y en el segundo, describe que será la investigación científica la prioridad para darle continuidad y con esto nos asegura su conservación; asimismo, participó en el diseño de la turbovela basado en el efecto Magnus y con ello crear un sistema de propulsión y no obstante o bastándole sus ya grandes aportaciones, fue uno de los investigadores para encontrar la manera en que las cámaras tanto fotográficas como de video pudieran funcionar debajo del agua y a grandes profundidades, también aportó sus conocimientos para la creación de la escafandra autónoma y se agradecen sus enormes aportaciones en la medicina marina; por ello, este nombre no puede tomarse a la ligera.

Finalmente, gracias a Jacques-Yves Cousteau podemos conocer mucho más sobre un tema que era desconocido en aquel momento; empero, desafortunadamente lo sigue siendo, y es que pareciera que los esfuerzos se encaminan más a la investigación de lugares fuera de este mundo en lugar de seguir intentando entender y conocer el nuestro primero y sobre todo la importancia que tienen nuestros océanos con relación al cambio climático, la generación de oxígeno y la fuente de alimentación que nos proporciona.

DATO CULTURAL.

Un día como hoy en en 1184 a.C en Troya, Tróade, según los cálculos realizados Eratóstenes, correspondería esta fecha en nuestro actual calendario al saqueo e incendio de la mítica ciudad de Troya, donde pelearon, según la mitología griega, los troyanos contra las fuerzas griegas lideradas por Menelao; en 1928 nacía en Barquisimeto, Venezuela, el columnista, cuentista, diplomático, escritor, guionista, locutor de radio y novelista Salvador Garmendia Graterón, quien se caracterizó por hacer grandes críticas al gobierno y fue un incansable promotor cultural dentro y fuera de las fronteras venezolanas; en 1955 en Le Mans, Francia, ocurre la tragedia automovilística conocida como “Desastre de Le Mans” cuando en el circuito automovilístico de la Sarthe, el piloto de carreras Pierre Eugène Alfred Bouillin mejor conocido como Pierre Levegh a bordo de su mercedes benz sufre un accidente que provoca la explosión del vehículo y las partes vuelan por todos lados provocando el fallecimiento de 83 espectadores y cientos más heridos. Es el accidente automovilístico más impactante de la historia del deporte motor.

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