La reforma eléctrica

Por: Luis Roberto Peralta Hernández

Ya en anteriores colaboraciones dentro del presente espacio, he tenido la oportunidad de compartir con ustedes estimados lectores, lo relacionado con la posibilidad de reformar a la Constitución Mexicana.

En la denominada reforma eléctrica, se propuso por parte del gobierno federal la modificación de los artículos 25, 27 y 28 del máximo texto legal del país, la cual ha sido motivo, una vez más de discusión y de polarización por parte de la sociedad mexicana.

Para poder vincular el presente tema con el de la reforma constitucional que se propuso, es necesario que recordar que, tal y como lo establece nuestra ley suprema en su artículo 135, para poder realizar la modificación al texto de la misma, es necesario que confluyan los siguientes requisitos: en primer término que las adiciones o reformas sean aprobadas por las dos terceras parte de los miembros del Congreso de la Unión presentes (principio conocido como mayoría calificada), el segundo consiste en que además estén de acuerdo la mayoría de los Estados y la Ciudad de México a través del voto de sus legislaturas.

En la votación definitiva del presente tema, que se llevó a cabo el pasado domingo 17 de abril y a efecto de lograr una explicación desde la perspectiva jurídica de él, las y los Diputados del Congreso de Unión quienes estuvieron en el recinto legislativo, votaron de la siguiente manera: 275 a favor, 222 en contra y 0 abstenciones, estando presentes 497 de 500 integrantes de la Cámara por lo que, si bien obtuvieron una mayoría (aproximadamente 54%) no fue de acuerdo con lo dispuesto por el texto constitucional y que fue precisado en el párrafo anterior, por tanto, no fue el suficiente para la alcanzar la mayoría necesaria que permitiera continuar con el procedimiento marcado por la ley suprema nacional para modificarla.

Ante ello y quizás como preámbulo, el Presidente de la República, volvió a colocar dentro de la palestra de la opinión pública nacional la posibilidad de disminuir el número de representantes del poder legislativo ya sea de representantes de mayoría relativa o de representación proporcional, que si bien es cierto a consideración de quien les escribe si es necesaria en cuanto al número de miembros de las Cámaras, si cumplen con una función específica dentro de la idea de una democracia representativa como la que opera en nuestro país y que de ser posible abordaré dentro de éste espacio en próximas colaboraciones.

Si bien, desde la promulgación de la Constitución de 1917 y posteriores reformas importantes, como lo fue en su momento la nacionalización de la industria petrolera, tema que de igual manera ya ha fue abordado dentro del presente espacio, se ha fijado la postura del gobierno mexicano para la explotación de los recursos naturales de los que nuestro país goza y que, a partir de la revolución industrial han servido para la modernización de las sociedades contemporáneas.

En 2013 el entonces Presidente Enrique Peña Nieto, realizó la propuesta que a la postre fue aprobada mediante la publicación el Diario Oficial de la Federación en diciembre de ese mismo año, en la que se consideró la necesidad de impulsar el desarrollo del país atrayendo mayor inversión en el sistema energético nacional; la libre competencia en cuanto a la generación de la electricidad buscando con ello, disminuir los costos para el consumidor final, así como incentivar la implementación de nuevas formas de energías amigables con el planeta, evidentemente criterios de una política neoliberal.

Por el otro lado, la reforma propuesta por la denominada 4T, buscaba en primer término derogar la reforma de 2013, hacer que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) fuera de manera exclusiva, el responsable de todo lo relacionado con la electricidad, fortalecer a las plantas estatales de generación de energía eléctrica buscando que fueran autosustentables, además de impedir que fuesen utilizadas las líneas de tránsito de energías limpias generadas por empresas particulares, por los cableados existente pues reitero, todo lo relacionado con la electricidad, sería una actividad exclusiva del Estado.

En la actualidad y a partir de la revolución industrial, la extracción y generación de energías ha sido el motor del desarrollo de las sociedades. Al día de hoy se busca disminuir el uso de combustibles fósiles por los graves efectos que genera para la ecología y la salud de los seres vivos y del planeta, aunado a ello, la energía eléctrica es lo que realmente mueve a la industria y es el pilar para la mayoría de los servicios y para la satisfacción de las necesidades que vivimos al día a día.

Pareciera que el tema abordado dentro de éste espacio llego tarde para compartir con ustedes estimados lectores, sin embargo, considero oportuno analizarlo desde una perspectiva diferente que lo resumo en los siguientes criterios, los cuales ojalá, y puedan ser analizados de manera particular en colaboraciones siguientes:

• En una verdadera democracia participativa, los poderes deber servir de contrapeso uno de otro, por lo tanto, no por que el Ejecutivo determine proponer una iniciativa de ley tendrá que ser aprobada ciegamente. (Esa etapa de la historia ya le ha tocado vivirla a México)

• Los y las Diputadas están en todo su derecho de acuerdo con lo que establece la Constitución a expresar de manera libre sus opiniones y votos de acuerdo con los intereses de la demarcación política y de los ciudadanos que representan, sin que deban de ser considerados como traidores a la patria, ya basta de pensar que quien no este conmigo u opine igual que yo esta en mi contra.

• La pluralidad política es lo que sirve de sostén para la vida democrática.

• Sí existe oposición dentro de la política mexicana.

Ahora, el Titular del Ejecutivo y sus seguidores festejan la nacionalización de litio cuando ello ya estaba reconocido por la Constitución desde hace varios años, el problema será que tal y como ha ocurrido con el petróleo mexicano, la naturaleza nos bendijo como país, con el recurso, pero no han existido políticas viables para explotarlo de manera propia. Entrará de nuevo la pugna desde el punto de vista político, sindical, etc. relacionadas con ésta industria y la “ganancia” caerá en pocas manos y no del pueblo.

Nuestro país goza de una belleza natural excepcional, contamos con prácticamente todos los climas y las condiciones para generar energías limpias, sustentables y económicas, ¿Por qué la negativa del gobierno por explotarlas? ¿Cuál es la necesidad de prácticamente estatizar todo? El Estado tiene muchas, muchas, muchas tareas pendientes como son. La salud, la educación, la seguridad pública, entre otras; ¿Por qué no permitir la participación ciudadana en el desarrollo conjunto de la sociedad?

De esto y mucho más seremos testigos vivientes en los próximos años.

“Si buscas resultados distintos, no hagas lo mismo siempre.”

Albert Einstein

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