Día de muertos. ¿Qué tendríamos que celebrar?

01 DE NOVIEMBRE DE 2022 Día de muertos. ¿Qué tendríamos que celebrar?

POR: VÍCTOR MANUEL REYES FERRIZ

Habitualmente no suelo dedicar este espacio a eventos o acontecimientos relativos a violencia, noticias desagradables, hechos delincuenciales o simplemente circunstancias que puedan influir de manera negativa en aquellos que me hacen el honor de leerme; sin embargo, en esta ocasión si tocaré estos temas por lo que desde un inicio lo refiero por si prefiere obviarme el día de hoy.

Debido a la fecha, me puse a pensar un poco en las tradiciones mexicanas que enmarcan estos días y que para algunos comenzaron hace unas 24 e incluso 48 horas, porque año con año las casas, escuelas, lugares de trabajo y no debo generalizar, por ello diré “en gran parte de nuestro territorio nacional”, celebramos, conmemoramos, recordamos y revivimos los momentos que pasamos con nuestros seres queridos que hoy ya no se encuentran físicamente con nosotros, es decir, celebramos a nuestros muertos, trayéndolos a la vida por unos momentos.

En cuanto al momento en que comenzó nuestra nación a celebrar este tipo de conmemoraciones, es poco certero ya que antropólogos, historiadores, investigadores, sociólogos, entre otros, han dedicado muchos años a tratar de encontrar el primer vestigio, pero para esta participación tomaré como referencia un trabajo realizado en el 2006 por CONACULTA, hoy perteneciente a la Secretaría de Cultura en México, que es una serie de 16 cuadernos intitulada “La festividad indígena dedicada a los muertos en México” y nos refiere que estas prácticas pasan las fronteras mexicanas, que han sido examinadas más de 60 grupos indígenas, los cuales, de manera reiterada demuestran que es estas épocas recordaban a sus antepasados; empero, cada región tiene costumbres diferentes, no todas las culturas prehispánicas realizaban actividades tipo carnaval y festejos de gran algarabía, también existían celebraciones mucho más serias y en algunos casos que implicaban mayor número de días, pero estas tradiciones especialmente en México son de tal magnitud que incluso la UNESCO las proclamó originalmente el 7 de noviembre de 2003 como ”Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad” denominándolas como “Las fiestas indígenas dedicadas a los muertos” y fue inscrito en dicha lista en noviembre del 2008.

A pesar de no tener una fecha definida y referirnos de manera genérica al periodo prehispánico, el fin de dichas celebraciones es el mismo, ya que se monta un altar con los elementos más representativos de la persona a quien se le dedica y aunque son de todos colores y sabores, existen elementos fundamentales, es decir, que no pueden faltar como son el agua que simboliza la fuente de vida, aire que simboliza la llegada de los difuntos, fuego la iluminación del camino de los muertos y la tierra que es la que nos provee el alimento; sin embargo, existen dos complementos que podrían contemplarse como esenciales también que son el copal que sirve para limpiar el espacio y ahuyentar a aquellas almas que no son  bienvenidas y finalmente la sal que es la vía por la que el difunto podrá realizar el viaje de ida y que marca los cuatro puntos cardinales para orientarlo.

Podríamos casi asegurar que todos en algún momento de nuestras vidas hemos participado o al menos visto una celebración de este tipo donde, por el carácter que distingue al mexicano, es una fiesta en toda la extensión de la palabra, incluso si pensamos un poco a profundidad hacemos que desde pequeños los niños pidan dinero “para su calaverita”, es decir, están pidiendo dinero para comprar su muerte o peor aún, regalamos un “cráneo de chocolate – la calaverita” con el nombre de la persona que bien podríamos estarle haciendo referencia a su próximo fallecimiento; empero, todo este folclor, en mi punto de vista, no se compara con las “calaveritas literarias” donde hacemos una mofa total a la muerte y redactamos la manera en que “X” persona se pudo librar de la “flaca”; pero considero que conforme han pasado los años, estas fechas tendríamos que repensarlas o plantearlas de forma distinta ya que, desafortunadamente no todos nuestros “muertitos” tuvieron un final tranquilo, en paz y sobre todo natural.

Si bien es cierto que en México el número de muertos año con año ha incrementado también es cierto que la población ha hecho lo mismo, por ende, podríamos decir que es un efecto natural; empero, tenemos un indicador que ha incrementado exponencialmente que es el del homicidio, el cual, según cifras oficiales del INEGI el 2018 ha sido el año que mayores cifras ha presentado desafortunadamente, asimismo, podemos agregar un “pequeño factor” que ha sido el detonante, las PÉSIMAS ESTRATEGIAS utilizadas en seguridad pública por las últimas 3 administraciones, lo cual, no exenta a ningún partido político porque recordemos que son tanto del PAN, PRI y actualmente MORENA, de tal suerte que este indicador oficial de homicidios podemos deducir que dicho incremento es exclusivo de homicidios dolosos que son provocados directamente por el crimen organizado.

A manera simplemente de poder darle la correcta perspectiva les comparto esta pequeña tabla que incluye únicamente los reportes oficiales de los últimos tres años.

AÑODEFUNCIONES GENERALESHOMICIDIOS
2019747,78436,476
20201’086,74336,579
20211’122,24935,625

En primer término podemos entender el incremento de defunciones generales debido a la pandemia de COVID-19 que claramente lo notamos tanto en el año 2020 como en el 2021; sin embargo, en el tema de homicidios, tomando como base el 2019 la cifra representa el 4,87% de las personas fallecidas, pero para los años 2020 y 2021 debemos restar de esta cifra general de fallecimientos, los generados por la pandemia de por COVID-19, las cuales, según cifras oficiales del gobierno de México publicadas en su página https://coronavirus.gob.mx hacen una especie de “resta” de los fallecimientos totales versus los esperados y emiten una cantidad que “puede ser” las cifras de muertes por COVID-19, siendo 312,810 y 313,177 respectivamente, pero sus números base, es decir, el de DEFUNCIONES OBSERVADAS ni siquiera coincide con las emitidas por el INEGI, de tal suerte que como bien sabemos esta administración federal siempre “tiene otros datos”.

Como segundo punto debemos recordar que el brillante Dr. Gatell declaró el 4 de junio de 2020 que un “escenario catastrófico” serían 60,000 muertes, situación que desafortunadamente se alcanzó poco más de un mes después, el 22 de agosto cuando el “registro oficial” había cuantificado 60,254 personas fallecidas por el virus SARS-CoV-2; entonces aquí es donde toma todo el sentido del mundo la expresión del presidente cuando dijo que esta pandemia había caído como anillo al dedo y lo explico. Intentemos creer en sus cifras a pesar de presentar variaciones evidentes pero si hacemos “sus restas” para el año 2020 la cifra de defunciones generales resultaría en 773,933 y para 2021 nos arroja la cantidad de 809,072 personas muertas y si a estas cifras las cruzamos para obtener el porcentaje que representan los homicidios al año notaremos que para el 2020 la cifra es del 4,72% y para 2021 sería el 4,40%, de tal suerte que pareciera que los homicidios en nuestro país han bajado y esas son las cifras que quieren que veamos; empero, me surge una pregunta de inmediato, ¿Entonces para que queremos al ejército más tiempo en las calles?, si los abrazos y no balazos ha resultado tan bien que ya no hay tantos homicidios, pues que regresen los militares a los cuarteles, sería lo lógico. Es tan maquillado este tema en las esferas federales que nunca podremos, los ciudadanos de a pie, saber las cifras reales.

Una de las tantas organizaciones que al presidente le dan “escozor” es “México Unido Contra la Delincuencia” (MUCD), quienes entre muchos otros documentos, a los que por cierto les tengo más confianza que a las cifras oficiales, presentaron en diciembre del 2021, el “Atlas de Homicidios México 2020”, en el cual, hacen una radiografía bastante seria, publican su metodología, analizan y contrastan datos de las diversas plataformas gubernamentales y emiten conclusiones que incluyen a las cinco ciudades con mayor índice de homicidios, plasman perfectamente la situación de cada entidad del país y finalmente concluyen que el porcentaje de homicidios en nuestro país que son perpetrados por arma de fuego representa el 71% del total y que no ha dejado de crecer desde el año 2014, por ende, las autoridades no deben ni pueden asegurar que la tasa de homicidios continúa disminuyendo.

Finalmente, tal vez estas fechas puedan ser motivo de celebración para algunas personas, pero para muchas otras lo dudo mucho porque tener que llorarle a su difuntito gracias a una estrategia fallida, a un estado que no es capaz de garantizar el derecho más importante de sus ciudadanos como es el de la vida y no cumplir con una tarea esencial que es la de seguridad, me parece por decirlo menos, totalmente desafortunado y solo quiero dejarles esta reflexión porque ya empezará, al menos en mi estado de residencia, el bailoteo para promoverse como candidatos, así que tomemos en serio sus propuestas; empero, que el tema de seguridad no sea una moneda de cambio porque esa, esa precisamente debe ser una garantía no un dicho electoral que solo aparece en las mantas y propuestas de campaña.

DATO CULTURAL.

Un día como hoy en 1894, en San Petersburgo, Rusia, Nikolái Aleksándrovich Románov, último heredero de la dinastía Románov asciende al trono bajo el nombre de Nicolás II que tras el fallecimiento de su padre, el zar Alejandro III, comienza un reinado tibio debido a su falta de conocimiento en política y por su carácter ingenuo; en 1897, en Turín, Italia, un grupo de jóvenes estudiantes se reunieron en las instalaciones del Banco Corso Re Umberto para fundar uno de los clubes de fútbol más importantes de Italia, la “Juventus” que en latín significa “Juventud”; en 2009, en Finlandia, la compañía naviera Royal Caribbean International realiza el viaje inaugural del hasta entonces crucero más grande del mundo, el «Oasis of the Seas» que fue construido en el astillero de la ciudad de Turku con unas dimensiones de 360 metros de eslora, 16 cubiertas y con capacidad para trasladar a 6,300 pasajeros y 2,165 miembros de la tripulación.

Espero tus comentarios en el correo vmrf@aperturaintelectual.com y recuerda qué en este espacio, las críticas no son bienvenidas, SON NECESARIAS.

Te invitamos a que califiques esta información.

2 comentarios en “Día de muertos. ¿Qué tendríamos que celebrar?

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