Por: Susana Dumit Garciarreal
Me identifico mucho con el libro Los Dos Hemisferios de Lucca de Bárbara Anderson: “Aunque suene un poco egoísta, quería saber cómo era una maternidad estándar (ya no uso la palabra normal con la misma liviandad que antes).”
Comenzamos a pensar en tener otro bebé con la idea de no aferrarnos en su búsqueda, al mes quedé embarazada.
Puede ser que el concepto que uso para mi segundo hijo “bebé arcoíris” no coincida con la descripción que nos han dado, pero para mí lo es porque me llenó de esperanza.
Volví a ser mamá el 23 de diciembre del 2015, pude escuchar su primer llanto y, enseguida, me lo pasaron para besarlo. Desde que lo cargué para tener contacto piel con piel tomó pecho perfectamente, todo era tan fácil con él: darle de comer, dormirlo, cambiarle pañal, bañarlo. A veces, me da la sensación que de repente lo vi sentándose solo, parándose, caminando, haciendo tablas de multiplicar y tan parlanchín que no sé en qué momento creció.
Mi hijo vive su realidad desde el amor más genuino y maravilloso de un niño, es una personita llena de empatía con sus amiguitos y compañeros y, sobre todo, con su hermano mayor. Por supuesto en muchas ocasiones tiene muchas dudas e inquietudes. – ¿Alguna vez mi hermano va a caminar?- Quiero un hermano que sí pueda jugar conmigo – Mamá mira a Mayi, lo hago feliz porque se ríe mucho conmigo – Dice Mayi que ya no quiere comer o que no le gustó la comida – Le voy a pedir mucho a Diosito que mi hermano se cure – Le voy a bajar el volumen al micrófono de las clases porque van a despertar a mi hermano – y así tiene muchas más.
Si algo tengo claro en esta vida es que cada niño es un mundo diferente y ha sido una de las más grandes riquezas que me ha dejado ser mamá de dos. ¡Siento que me han enseñado tanto! Me han hecho mejor persona, me han hecho ver que, como mamá, puedo permitirme darme tiempo para poderles brindar mayor calidad de amor, que tengo que estar sana mental, espiritual y físicamente y que ellos son la mejor decisión que he tomado en toda mi vida.
“Recuerda que algunas veces los milagros, son personas”
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Los hijos Susi aunque tengan la edad que tengan, siempre aprendemos de ellos.
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