Nosotros y la música

POR: THELMA MORALES GARCÍA

Nuestro país es una tierra musical por naturaleza. Vivimos y morimos cantando, el canto y la música desde la antigüedad, son parte esencial de la vida. Nuestra idiosincrasia musical se define gracias a la forma de escuchar la melodía, la creación y la expresión del sentir, mismas que se traducen en cantos y que se han transmitido oralmente durante siglos. Los recuerdos sobre lo que nos hace sentir una determinada melodía desde la infancia, también es parte del gusto que tendremos al ser adultos.

La música popular es parte esencial del rico mosaico cultural que tiene nuestro país, gracias a ello encontramos expresiones musicales muy variadas; donde haya una fiesta, celebración, ceremonia civil o religiosa habrá siempre la presencia de un músico.

Agustín Lara, llegó a mi vida cuando apenas tenía seis años, mi infancia transcurrió en la casa de los abuelos paternos, así es que la influencia de mi abuelo, en mis gustos musicales fue esencial. Recuerdo que frecuentemente se escuchaban en la consola los discos LP, que eran resguardados en su funda de cartón editados por RCA Víctor, 3 discos con 36 selecciones de lo mejor de sus composiciones, en la portada El Flaco de Oro con un cigarrillo en la boca, con su traje impecable, mirando su piano y la frase que aprendí casi de memoria “Ofrezco a ustedes una copa de Licor añejo. El vino del recuerdo madurado en la fuente de mi corazón que se desborda en su más limpio cristal, en su más legítimo brindis… mis manos, mi voz, mi piano y mi ayer…”

Su voz me hacía sentir esa nostalgia y tristeza de la que mencionaba en sus canciones “Yo conocí el amor, es muy hermoso, pero en mí fue fugaz y traicionero, volvió canalla lo que fue glorioso, pero fue un gran amor y fue el primero”, aún sin saber lo que significaba ese amor del que hablaba, yo sentía su dolor con el tono de voz que imprimía en esa canción.

Aún recuerdo el solo de piano con el que iniciaba Escarcha, tan melancólico: después su voz con la frase: “Mira, corta esos mares, la doliente ansiedad que me fatiga… / …cuando la escarcha pinte tu dolor, cuando ya estés cansada de sufrir, yo tengo un corazón para quererte…”; también otra de sus canciones que me hacía conmoverme a mi corta edad Piénsalo bien: “Mira que solamente Dios, sabe lo que paso yo… / Ven que mi cabaña con la luna pintaré, contando las horas de la noche esperaré, piensa mujer que te quiero de veras, piénsalo, piénsalo bien.”

Sin lugar a dudas, sus canciones son parte de mí, desde que tengo uso de razón, cada composición me ha acompañado en las diversas etapas de mi vida, por eso Agustín Lara me es tan familiar como mis propios padres y hermanos. Sus canciones pueden retratar momentos de nuestra vida, por eso se siguen interpretando y las escuchamos en voz de grandes cantantes de la actualidad como Luz Casal con Piensa en mí cuya interpretación logró que la canción fuera conocida a nivel mundial por las generaciones actuales; artistas de diversas nacionalidades como Filipa Giordano, Andrea Bocelli, Caetano Veloso, José Carreras, Luis Miguel, han interpretado sus canciones.

Sus letras siguen tan presentes como cuando las escribió, porque es encontrarse en ellas verdades que siempre hemos sabido, pero que no las expresamos tan bien como lo hace Agustín Lara, en ellas nos reflejamos y nos encontramos. Su exactitud nos hace ver fácil sus letras, pero esa sencillez tiene detrás la percepción del mundo que le rodeó y que seguirá presente en cualquier tiempo de nuestra propia historia de vida.

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