¿Estamos preparados para la muerte?

POR: LIGIA PÉREZ GARCÍA

Al ser humano no le gusta pensar en su muerte y mucho menos que pueda suceder en forma intempestiva. La muerte causa miedo, temor, inquietud. En la actualidad la vivimos como un tabú, no hablamos de ella, incluso evitamos tocar el tema con aquellos que sabemos que están cerca de morir, como si al no hablarlo se fuera a evitar, así que vamos viviendo día a día, sin ninguna conciencia, pensamiento o conocimiento sobre la muerte, como si no existiera.

Tenemos nula preparación con relación al tema de la muerte, ya sea la propia o la de un ser querido y esto resulta de alguna manera interesante y controversial, ya que en el transcurso de nuestras vidas nos hemos ido preparando para diversas cosas que tendremos que enfrentar progresivamente.

Durante nuestras vidas, aprendemos a caminar, a comer, a hablar, entramos a la escuela y aprendemos a leer, escribir, sumar, restar, terminamos la primaria, secundaria, preparatoria, licenciatura y algunos otros siguen estudiando, además vamos adquiriendo conocimientos, habilidades y destrezas a través de nuestras experiencias, alcanzando diferentes metas y objetivos, pero no nos educan ni nos preparan para lo inminente, la única certeza que tenemos es la certeza de nuestra muerte, todos deberíamos conocer y profundizar o aprender sobre la muerte y sobre todo reflexionar sobre ella, aprender a no temerle.

El contexto individual y social en el que se vive y crece hace que nos vayamos formando una visión o imagen de lo que es la muerte, dependiendo de cómo nos hablaron de ella, si fuimos incluidos en los ritos funerarios de los familiares y amigos que fallecieron, de lo que percibimos o visualizamos, lo que nos comentaron y cómo nos dieron la noticia.

¿Cómo podríamos prepararnos para la Muerte? Considero que un primer paso es pensar qué emoción nos genera el pensar o hablar de la muerte, ¿miedo, tristeza, angustia?, posteriormente analizar o pensar ¿qué me genera esta emoción?, por ejemplo, muchos tienen miedo a sentir dolor o la incertidumbre a no saber que hay después de la muerte, eso ocasiona mucha ansiedad. Ya identificada la razón de esa emoción, el siguiente paso que nos ayuda es el hablar sobre la muerte con nuestros familiares y amigos.

Estoy segura que muchos lo hicieron durante la reciente pandemia, ante la enfermedad de alguien cercano o cuando ese ser querido que partió no supieron o conocieron cuál fue su último deseo, así que muchos, me incluyo, tomamos eso como la oportunidad de sentarnos con nuestros allegados y dejar en claro que queríamos si nos llegara a pasar algo. Otros fueron aún más adelante y preguntaron a los demás que deseaban si llegaran a morir, que instrucciones dejaban. El hablar de un funeral no fue necesario, por que por mucho tiempo estuvieron prohibidos los velorios y demás ritos funerarios, lo cual retardó o dificultó el duelo. Ese es un tema que dejo pendiente para escribir en otra ocasión.

Algunos amigos y conocidos se sorprenden al saber que el tema de la muerte es un tema constante de sobremesa con mi familia, lo hablamos con naturalidad y ya sabemos que mi Mamá ni de broma le gustaría un velorio, que no es necesario que se avise a muchas personas, solo a las más allegadas o cercanas a la familia, y que no le gustaría que hubiera mucha gente, a pesar de que ella sabe perfectamente que el funeral es para los que se quedan, para los dolientes y no para el que ya se fue. Por el contrario, mi Papá quiere su despedida en grande, música clásica de fondo, la cual nos dejará preparada, que haya vino para un brindis, que cada persona presente pase y diga unas palabras hermosas sobre él y que nosotros, su esposa e hijos, cada vez que pase alguien a hablar se nos escuche sollozar, no siendo esto suficiente, desea que en el entierro cuando bajen la caja, mi madre se arroje sobre el féretro y rompa en llanto, lo cual les puedo asegurar, no va a suceder. Este tipo de pláticas nos ha permitido saber cuáles son los deseos de cada uno para la gran despedida y hacernos un poco conscientes de qué va a pasar.

Prepararse para la muerte les evitará sufrimientos innecesarios, por ejemplo, hoy se puede evitar morir en medio de dolores intensos que pueden presentarse o asociarse con ciertas enfermedades.

Actualmente existen los llamados cuidados paliativos que ayudan a las personas que sufren una enfermedad que ya no es susceptible de tratamiento curativo sino sólo se les puede ofrecer aliviar sus síntomas, mantenerlos confortables y sin dolor, a morir con dignidad. También se cuenta con el documento llamado Voluntad Anticipada que brinda la oportunidad al enfermo de decidir con antelación qué tratamientos o procedimientos médicos quiere o no quiere recibir al final de su vida, que se respete el momento natural de su muerte, evitando tratamientos o procedimientos médicos que pretendan prolongar la vida llamado también ensañamiento terapéutico o la decisión de la persona de no hospitalizarse y morir en su casa.

Y tú, ¿estás preparado para tu muerte?

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Un comentario en “¿Estamos preparados para la muerte?

  1. Excelente publicación sobre la muerte, no sabía acerca del documento de Voluntad Anticipada., me informaré más al respecto. Muchas felicidades a Ligia Pérez Tanatóloga

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